El oso no entiende de fronteras autonómicas. Esta especie está presente en cinco provincias castellano-leonesas (León, Palencia, La Montaña, Burgos (ocasionalmente) y Cuenca, esta última, en el Sistema Ibérico, con ejemplares en semilibertad en El Hosquillo) además de en Asturias y ocasionalmente en Lugo. Y es que el oso pardo, siempre fue, y parece que poco a poco vuelve por sus fueros, la especie reina de las montañas castellanas. ¿Sería posible su reintroducción en la Cordillera Central (Madrid, Segovia, Ávila, Guadalajara)?
Crece la población de osos en la Cordillera Cantábrica y podría alcanzar los 190 ejemplares entre la zona occidental y oriental.
- Se han encontrado ejemplares fuera de las zonas habituales
- Entre 27 y 28 son hembras con crías
(Fuente Ical | Valladolid. 04/12/2011. ElMundo.es)
Los técnicos y expertos de las comunidades autónomas de Castilla y León, Asturias, Cantabria y Galicia y de la Fundación Oso Pardo ven con cierto optimismo el futuro de la población de osos en la Cordillera Cantábrica, debido a la creciente evolución del número de plantígrados, cuya población podría situarse en los 190 animales entre la zona occidental y la oriental, según los últimos datos de consenso científico, de los que entre 27 y 28 son hembras con crías.
Los técnicos y expertos de las comunidades autónomas de Castilla y León, Asturias, Cantabria y Galicia y de la Fundación Oso Pardo ven con cierto optimismo el futuro de la población de osos en la Cordillera Cantábrica, debido a la creciente evolución del número de plantígrados, cuya población podría situarse en los 190 animales entre la zona occidental y la oriental, según los últimos datos de consenso científico, de los que entre 27 y 28 son hembras con crías.
En la actualidad y a falta de que se conozca el censo de la población correspondiente a 2010, en la Cordillera Cantábrica residen en torno a 24 osas con sus oseznos en la población occidental (Asturias, Alto Sil, Ancares y Lugo), lo que eleva la estimación del número total de estos animales en esa zona a unos 160, una cifra que evidencia de que los actuales protocolos de mantenimiento de la especie se están desarrollando correctamente, según explica el jefe del Servicio de Espacios Naturales de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, Javier Ezquerra, quien advierte a su vez de la dificultad de contabilizar todos los osos, ya que es una especie que nunca se mueve en grupo o manada, sino de forma individual.
Por lo que respecta a la población oriental (Cantabria, Montaña Palentina y Montaña Oriental Leonesa), se han avistado entre tres y cuatro hembras con crías, lo que significa que el número total ronda la treintena de osos. Para elaborar esta estimación se tiene en cuenta que paren cada dos años, mientras que los osos adultos suelen pelear por los territorios y eso les cuesta más de una vida, algo demostrado en las múltiples heridas que a veces presentan algunos de los ejemplares encontrados por los celadores y agentes ambientales una vez fallecidos.
Aunque estos datos aún no son oficiales, el optimismo es evidente entre los expertos, ya que en el ejercicio 2009 (últimos contrastados) se pudo constatar la presencia de 21 hembras totales –siete menos que en la actualidad- acompañadas de crías del año, de las que 18 correspondían al sector occidental y tres al oriental, con una media de 1,76 oseznos por madre. En la primera de las zonas, las 18 osas se avistaron con 33 crías (1,83 por madre), un número que confirma la estabilidad detectada en el último trienio. Si se compara con las osas con crías de 2003 y anteriores, supone más del doble de reproductoras.
Por su parte, en el sector oriental se verificó la presencia de tres hembras con cuatro crías (1,33). Aunque en esta zona supone un número mucho menor que en el occidental, no es un dato despreciable, sino que debe considerarse un éxito según los expertos, ya que desde 1999 se conoce la presencia de varias hembras con crías todos los años. La mejora es aún más apreciable si se tiene en cuenta que en 2008 el número de madres con crías en total fue de 19 (17 en la occidental y dos en la oriental), algo que deja ver la evolución positiva.
Población en crecimiento
Todo ello augura buenas noticias para los osos, ya que según los datos facilitados por la Junta, atendiendo al patrón de crecimiento utilizado en el estudio de las poblaciones de osos (metodología empleada en Yellowstone), la evolución de los parámetros demográficos de toda la Cordillera Cantábrica son compatibles con los de una población en crecimiento, reflejando una estabilidad temporal ascendente, con una relevancia trascendental sobre todo en los últimos diez años.
Igualmente y según manifiesta Ezquerra, el seguimiento y localización constante de la especie, no solo de hembras con crías, sino de la población en general, permite ser conscientes del incremento de ubicaciones de oso pardo fuera de su área de distribución habitual en la Cordillera Cantábrica, ya que se detectan cada vez más ejemplares en lugares que llevaban décadas sin pisar los plantígrados. Es el caso de un oso adulto joven que se avistó en el norte de Burgos y tiempo después en Cantabria y Asturias, con lo que se demuestra que pueden realizar largos recorridos, al contrario que las hembras, que siempre se mueven por zonas más reducidas, aunque hay días que pueden andar hasta diez kilómetros. Ezquerra también señala que se han observado osos en la comarca leonesa de Babia, que está fuera de la delimitación de la zona occidental, y que hacía muchos años que no se avistaban, con lo que probablemente habrá que modificar y expandir las líneas de esa población osera. Pero también se ha avistado una hembra en Riaño (León), que aunque se sitúa dentro de la zona oriental, hacía tiempo que no se veían plantígrados por la comarca.
Con todo ello, el balance de crías de 2009 se considera como el máximo histórico, ya que los resultados obtenidos en los últimos años ponen de manifiesto una mejora paulatina, pero evidente, del estado de conservación de la especie en la Cordillera Cantábrica. No obstante, aunque los expertos reconocen que se trata de un paso adelante, no olvidan que la situación de la población de oso pardo cantábrico es aún delicada, en grave riesgo de desaparición en esta zona de la Península Ibérica, lo que obliga a todos a seguir trabajando en su recuperación.
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