domingo, 9 de octubre de 2016

Jordi Pujol reaparece: “los castellanos son arrogantes, envidiosos, decadentes, cerrados, resentidos, hostiles, intransigentes, intolerantes, ignorantes…”

Por Javier Martínez.

Y se queda tan pancho, el muy fresco Sancho Panza. Jordi Pujol (Jorge Polluelo en castellano), es un pollo de mucho cuidado aunque parezca un gusano por lo rastreras de sus opiniones.

El octogenario ex presidente catalán estaba escondido y calladito desde 2014, cuando asediados sus siete millonarios hijos por las investigaciones policiales confesó, para ver si colaba y desviaba la atención policial sobre el 3%, que evadía grandes sumas de dinero desde 1980 pero procedentes de una herencia sin declarar que naturalmente nadie cree. Y reaparece ahora, no para dar cuentas de la procedencia de los dineros, sino para hacer lo que mejor hizo a lo largo de toda su oronda vida: sembrar odio y escupir a los castellanos, una fórmula política de indudable éxito en aquellas tierras, porque en eso, y en nada más, consiste ser catalanista.

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La derecha castellana también pasteleó con el tipejo. Por eso se nos sube a las barbas, porque le salen gratis sus desprecios. Nadie los denuncia, nadie los rebate. Lo que en este artículo exponemos, ni ha sido noticia.


Cierto es que la ex honorable albóndiga convergente, para muchos el padre del catalanismo contemporáneo, nunca dudó en hacer pública su castellano-fobia en cada ocasión que se le presentaba y en hacer de ello su ideario político. No hay nada nuevo de lo que sorprenderse pues. Como todo catalanista (no confundir con catalán) que se precie, tiene a lo castellano siempre en el centro de su diana y se considera autorizado a vilipendiarlo.

¿En qué consiste su última flatulencia intelectual[1]? En esto (tápense antes la nariz), de aroma entre podrido y nauseabundo:

“Puede ser útil reflexionar sobre las actitudes positivas y negativas propias de algunos territorios […] Empecemos por Cataluña […] nuestro nivel económico y social relativamente alto [es]  consecuencia, al menos desde hace varios siglos, de una mentalidad productiva […] que nos hace ser envidiados y antipáticos. Añádase a esto el hecho determinante de la lengua. […] [En cuanto a Castilla]. La arrogancia castellana viene de Asturias y de la Reconquista. Y de la mentalidad que fue configurando. Religiosa y no religiosa (España es Asturias y el resto territorio conquistado a los moros). Y de hechos históricos que hicieron de Castilla (y de la España configurada por Castilla) un Estado en todos los sentidos muy importante y con un cierto mesianismo. Desde América hasta la Contrarreforma, pasando por el papel hegemónico en Europa durante exactamente un siglo. [Arrogancia] Que la posterior decadencia no amortiguó. La hizo más cerrada y resentida, pero no menos arrogante. Ni menos intransigente y hostil a la diferencia. Más intolerante. Castilla tiene motivos para el orgullo. Su contribución a la cultura y a la historia universal ha sido muy importante. Han tenido grandeza. No tiene sentido ignorarlo, o ridiculizarlo por las deformaciones o caricaturas que ella misma a veces ha hecho. Es erróneo, contraproducente, injusto y poco inteligente no valorar la aportación que Castilla ha hecho al Mundo. Pero eso no le da derecho a la arrogancia ni al rechazo. Castilla desprecia cuanto ignora”
Hablando de rechazo, de intolerancia, de resentimiento...
Como se ve, empieza por un ‘nosotros, los catalanes, somos cojonudos y la pera limonera’, mientras que ellos, los castellanos, son antagónicas piltrafas acaparadoras de todos los vicios y defectos posibles. Obsérvese cómo introduce unos pretendidos elogios históricos pero como causa y explicación posterior de nuestra miserable forma de ser. Hay que ser ruin. 

No terminan aquí los desechos vomitados por éste personajillo de ínfima consistencia moral. Ahora le toca recibir a Andalucía, por su condición de castellana, claro. Así, prosigue asegurando que “hay un hecho incontrovertible que es el gran progreso que ha habido en Andalucía durante los últimos 40-50 años” si bien, rápidamente nos matiza que el mérito no es de ellos, sino debido al “mucho apoyo de la Administración española y las muy beneficiosas ayudas europeas […] Sólo hay que comparar el cambio que ha hecho Andalucía con el estancamiento que sigue habiendo en el sur de Italia”, como si en el sur de Italia no se hubiese hecho el mismo esfuerzo inversor por parte de las autoridades italianas y europeas y como si no fuese precisamente eso la prueba de que los andaluces algo habrán hecho bien. El caso es rebajarles el mérito, le resulta intolerable reconocer algo bueno a cualquier castellano. Y es que aunque en este artículo distingue entre castellanos de la meseta y castellanos del sur (habitualmente los catalanes no lo hacen), aquí si lo hace es para dejar claro que si los castellanos estamos un escalón por debajo de los catalanes, los andaluces son castellanos de segunda, el tercer escalón[2]. El poco honorable Jorge Polluelo, teme, además, al influyente poder político andaluz y a que copie del catalán su cansino victimismo. Eso es lo que subyace en su cita: “Una visión prometedora [la andaluza] pero con peligro de que se enquiste. De que el esfuerzo de superación no sea lo suficientemente sostenido. Y que reavive la tentación de buscar un enemigo exterior. Esto provocaría un perjuicio general. Por el progreso general y para la convivencia. Y por la misma Andalucía”. Tiene bemoles que un tipo que ha hecho de Castilla su enemigo exterior, apenas unas líneas más arriba, y que ha dedicado su vida política a sembrar enfrentamiento, odio y desprecio hacia los malos malísimos mesetarios y hacia los castellanohablantes nos venga ahora con esas. Hay que ser cínico, desvergonzado. 

No acaba aquí su periplo por ‘los valores y actitudes positivas y negativas de los territorios’ hispánicos. Le toca el turno a los vascos, a los que va a elogiar dando una coz, como no, a los castellanos. Dice la albóndiga catalanista:

“Existe el País Vasco. Un pueblo que ha conservado una personalidad muy fuerte. Que ha dado a su conciencia colectiva un sentimiento de orgullo. No al estilo castellano. Pero sí con un punto de distancia.”

Semejante coz demuestra, a mi juicio, que la albóndiguita no conoce límites, tiene capacidades de burro, de animal cuadrúpedo. Estamos ante un tipejo capaz de destinar su propia hez incluso al abuelo Florenci Pujol, el muerto al que groseramente echó la culpa de la fortuna de origen incierto para salvar a sus siete hijos y a sí mismo de la acusación de latrocinio sistémico al erario durante 24 largos años. Hay que tener pocos escrúpulos para culpar a tu propio padre muerto… para salvarte tú. Así que no nos extrañe que diga lo que dice de quienes no somos de su sangre.

A los vascos, eso sí, les recrimina que “respecto a Cataluña la actitud de Euskadi es reticente. No es arrogante ni envidiosa [como la de los castellanos], a los vascos no les interesa [se refiere al tema fiscal catalán] porque ellos [ya] tienen una situación de privilegio ganada a través de la historia que se debe respetar”

Esa vergonzosa y humillante (para los demás) situación de privilegio es precisamente lo que reconoce el albondiguita anhelan los catalanistas: ser más, recibir mejor trato que los restospañoles. El desinterés de los vascos hacia lo catalán lo  justifica en que éstos temen que pudiera cambiar “la ya muy antigua estructura del poder español. Y del papel particular que tiene Euskadi”. O sea, que según Jorge Polluelo los vascos están en realidad contentos con su actual estatus político y fiscal (por eso no se embarcan en el independentismo asegura) y temen perderlo si Cataluña reclama lo mismo. 

Puede que no le falte razón en ello pero no deja de ser chocante que lo que desean para sí mismos los vascos no lo desean para los demás (catalanes incluidos) y eso no es óbice para que “todo esto no debe provocar sentimientos negativos en Cataluña [hacia los vascos]”… como si recomienda hacia los castellanos que a fin de cuentas defienden lo mismo para todos. ”Simplemente nos debe hacer entender que su situación es diferente. Y que por lo tanto, como es lógico, miran en otra dirección”, les justifica. Distinta vara de juzgar pese a que la postura según él ‘castellana’ parece más justa incluso para ellos.

No acaban aquí las fobias anti-castellanas de la oronda albóndiga del 3%. Tras insinuar que el resto de regiones no pintan nada, asegura que en España hay un eje Bilbao-Madrid-Sevilla, al que denomina, suponemos que con consideración, ‘pacto del Betis’, que compite con el eje mediterráneo y que “es el eje que desde Castilla, o desde Madrid, se ha calificado a veces con un deje de desconsideración de ‘levantino’ y que a menudo se ha tratado de frenar. Un ejemplo reciente y clamoroso de ello ha sido la política ferroviaria del Estado y el esfuerzo constante de crear tensión entre Cataluña y País (sic) Valenciano”. Como se ve, la mano negra de los malvados castellanos es muy alargada, no así la de su familia, que alcanza hasta Andorra y un sinfín de paraísos fiscales.

Vamos a ver. Desde Castilla siempre se defendió un eje Algeciras-Madrid-Zaragoza-Travesía Central del Pirineo (TCP)-Toulouse, eje central que tendría un ramal entre Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y Lisboa (puerto de Sines más concretamente). Ni Bilbao ni Barcelona nos interesa por razones tales como la falta de lealtad, la hostilidad permanente manifiesta y la inestabilidad política ante una más que probable balcanización de ambas zonas, si bien es cierto que los políticos castellanos, en general, no se enteran demasiado de la película.

También nos interesa (Castilla da para mucho) otro eje ferroviario de mercancías entre Aveiro (Oporto)-Salamanca-Valladolid-Burgos-Irún o eje atlántico. Y punto. Y a Valencia, en mi opinión, le interesa bastante más un eje Valencia-Zaragoza que el corredor mediterráneo y ello porque una vez construida la TCP el camino a París o Milán, desde Valencia, es más corto por Zaragoza y Toulouse que por Barcelona. Así que no se haga pajas mentales. Fue en la cumbre hispano-lusa de Figueira da Foz de una década anterior cuando Aznar pactó con Portugal y la UE esa ruta (Eje central o eje 16) en una época donde ni se contemplaba ni se hablaba ni se reclamaba el corredor mediterráneo como Durán Lleida reconoció más tarde, y solo la debilidad política y mental de un tal Zapatero hizo que se dinamitase, por presiones de CiU y ERC, ese proyecto, como también dinamitó el trasvase Ebro-Segura y Ebro-Barcelona (auténticos corredores mediterráneos hidráulicos), ¡qué casualidad!, dejando intacto el Tajo-Segura. Aquí sí.

Para terminar, no pierde ocasión de hacer algo más de rancio victimismo con todo un clásico del pensamiento pigmeo: “España está nuevamente orientada hacia la gradual pero fuerte residualización de Cataluña”. Seamos serios, aquí, los únicos residuos manifiestos son los excrementos verbales con los que Vd. nos deleita cuando el nivel de bilis y pus alcanzados le hacen babear. He dicho.




[1] “Sobre idiosincrasias y valores en España. Difíciles de encajar”, Jordi Pujol Soley, 06/04/2015, en www.associacioserviol.cat
[2] Esto me recuerda a aquella otra aseveración pujoliana según la cual “el hombre andaluz no es un hombre coherente, es un hombre anárquico. Es un hombre destruido […], es, por lo general, un hombre poco hecho, un hombre que hace cientos de años que pasa hambre y que vive en un estado de ignorancia y de miseria cultural, mental y espiritual. Es un hombre desarraigado […] constituye la muestra de menor valor social y espiritual de España […] si por la fuerza del número llegase a dominar, destruiría Cataluña” (1976).

domingo, 2 de octubre de 2016

¿Qué problema tiene la izquierda española con Castilla?, ¿y la derecha?

Por Javier Martínez.
     
     Me viene a la mente una, a mi juicio, clarividente cita de Muñoz Molina[1] sobre la deriva ideológica de la izquierda española según la cual en las regiones periféricas “primero se hizo compatible ser nacionalista y ser de izquierda. Después se hizo obligatorio. A continuación, declararse no nacionalista se convirtió en la prueba de que uno era de derechas. Y en el gradual abaratamiento y envilecimiento de las palabras bastó sugerir educadamente alguna objeción al nacionalismo ya hegemónico para que a uno lo llamaran facha o fascista” y que no por cierta y clara sigue escondiendo algo que muchos denunciamos: la izquierda española, no solo se ha tragado el nacionalismo excluyente como ideología sino que asume como propio el ideario anticastellano y castellanófobo que esos periferismos incuban y difunden sin siquiera disimulo y que es la madre del cordero, la bicha que nadie quiere nombrar.

Blas Infante Errejon
El madrileño Íñigo Errejón Galván nos ha salido separatista andaluz y se apunta a idolatrar a quién más ha hecho por envenenar, desenraizar, falsear la historia del sur castellano y triturar la historia de Castilla la Novísima. El tonto a las tres de la tropa piji-roji es así de simple. Al párvulo podemita, cualquier conato de anticastellanismo le hace babear, lo ingiere rápidamente. La "nueva" política, como la vieja, nace del estiércol más putrefacto. Nada nuevo. No sabemos qué es lo que más admira Errejón de Blas Farsante pero apuntamos algunas pistas: Blas Infante negó que Andalucía sea hija y parte de Castilla y que los andaluces sean repobladores castellanos. Blas Infante creó un nacionalismo fuertemente negador de Castilla, anti-católico y chusquero que se sacó de la chistera entre otras muchas cosas una neobandera inspirada en el verde del islam, religión que adoptó tras renegar del catolicismo, y un himno que es todo un plagio. También propuso acabar con las grafías latinas y escribir con el alfabeto arábigo, no dudó en visitar al golpista Companys en la cárcel... toda una joya. Ah, bueno, es cierto, se me olvidaba, fue asesinado por unos falangistas durante la Guerra Civil. Eso es suficiente y le convierte en un ser admirado por la izquierda, aunque en vida no pasase de friki mamarracho.

     Dado que todos los nacionalismos periféricos se basan en la castellanofobia, pues todos ellos construyen su corpus ideológico a partir del odio, la persecución y el rencor a la lengua, cultura, inmigración e historia de Castilla (Castilla opresora, Castilla fascista, Castilla imperialista, Castilla invasora, Castilla genocida y centralista, Castilla explotadora y expoliadora, etc. son solo algunos de los muchos mantras que destilan a diario) y dado que chapotean en el abierto racialismo y supremacismo étnico, para ser precisos, la cita debería haber sido escrita como sigue: “primero se hizo compatible ser nacionalista castellanófobo y ser de izquierdas. Después se hizo obligatorio. A continuación, declararse no nacionalista se convirtió en la prueba de que uno era castellano y de derechas. Y en el gradual abaratamiento y envilecimiento de las palabras bastó sugerir educadamente alguna objeción al nacionalismo castellanófobo ya hegemónico en toda la periferia para que a uno lo llamaran facha o fascista castellano” lo que sin duda encaja mejor con la realidad política periférica. Hasta canarios y andaluces están tratando de implantar un nacionalismo local apoyándose en escupir sobre el reino del que forman parte: Castilla. Y no hablamos solo de la izquierda clásica, de IU o PSOE solamente, también Podemos se apunta al continuo vilipendio.

Y se queda tan pancho. No es solo que enfrente a Castilla con Cataluña, es que lo hizo después de la polémica generada a raíz de que la pública TV3 identificara al ciclista Purito con la señera en vez de con la rojigualda tras una prueba olímpica. ¿Qué tenemos nosotros que ver en eso? Pero lo más zafio es que para cargarse de razones colgó en un tuit de la popular red social fragmentos de "Victus", el panfleto de marcado signo castellanófobo del catalanista (perdón por la redundancia) Albert Sánchez Piñol, al que parece admirar y donde se sueltan lindezas como "La atrofia cerebral de Carlos II era un reflejo de Castilla y su Imperio coagulado", "los paisajes castellanos habían engendrado unos señoríos tiránicos", "la hidalguía española... la hidalguía española... ¡me tiro un pedo en su hidalguía! ¿Qué teníamos nosotros que ver con esa gentuza? Para un castellano de pro trabajar era una deshonra; para un catalán, la deshonra era no trabajar",  "[Las manos castellanas] solo pueden empuñar armas; lo contrario sería ensuciárselas, no comprende, y menos tolera, otras formas de vivir la experiencia humana: lo industrioso le repele. Si quiere prosperar, su misma concepción elevada de la dignidad, paradójicamente, lo empuja al saqueo de continentes indefensos o al miserable oficio de cortesano", "¿Qué es Castilla? Cojan un páramo, pónganle una tiranía, y ya tienen a Castilla". Pablo Iglesias es uno de esos bobos esféricos que tanto abundan y reptan indignos por nuestra tierra, político piji-roji que jamás se definirá nacionalista aquí, en su tierra, ideología que aborrecerá y despreciará sin límites (lo cual es muy respetable), pero que no duda en abrazar, complacer y admirar en tierras periféricas ajenas (lo que resulta muy miserable) siempre y cuando reúnan una condición: que sea excluyente e intolerante con los castellanos, con sus a priori compatriotas. ¿Se puede ser más gilipo? Es difícil, habría que entrenar muchísimo.

     Pablo Iglesias no duda en asociar Castilla con una TV a la que cuelga el sambenito de casposa, reaccionaria, conservadora, caciquil y fascista cual es la católica 13TV simplemente porque no es de su cuerda, e Iñigo Errejón, también madrileño, se nos ha vuelto adalid del independentismo andaluz cuyo andalucismo agusanado y mal entendido difunde la patraña de la conquista y posterior colonialismo castellano sobre los andaluces, como si éstos y aquellos no fuésemos lo mismo.

"El anticastellanismo es hoy la ideología más transversal y silenciosa que existe en el panorama político español. Lo han interiorizado todos. Unos lo acatan por acción, otros por omisión."

     ¿Cuántas veces hemos oído o leído al catalanismo más grasiento y mugriento identificar al PP y a Lucifer con Castilla? Pues esa es la moto que Pablo Iglesias y su cuadra de indocumentados compra y revende sin problema alguno. ¿De quién, Errejón, han de liberarse los andaluces?, ¿de quién, Pablito, han de defender los catalanes su lengua? ¿Atacando la nuestra, y a nosotros, es como “se defiende” la suya? Pero cabe hacerse más preguntas. ¿Por qué la izquierda toda, aunque en distintos grados, acepta denominaciones antihistóricas y expansionistas como Países Catalanes o Euscal Herria y ni se plantea o rechaza la reunificación de Castilla en una única CC.AA. tal y como reconoce y es compatible con la Constitución? ¿Por qué la derecha del PP defiende con orgullo su galleguismo, navarrismo y valencianismo, al tiempo que su españolidad, y es incapaz de afirmarse mínimamente castellanista y española? ¿A quiénes (y por qué) quieren ambos complacer? ¿A qué vienen tantos complejos, es que sienten la necesidad de pedirles perdón por ser y nacer castellanos? El anticastellanismo es hoy, sin lugar a dudas, la ideología más transversal y silenciosa que existe en el panorama político español. Lo han interiorizado todos. Unos lo acatan por acción, otros por omisión. Y así nos luce el pelo a los castellanos: troceada y diseminada Castilla por hasta 11 CC.AA., somos ninguneados y presa fácil de todos. ¿Hasta cuándo?




[1] En “Todo lo que era sólido” (2013, página, 78)

sábado, 20 de agosto de 2016

El Mastín castellano (o perro merinero), la solución para conservar al lobo.

Por Javier Martínez.

“El lobo aúlla de nuevo en Madrid, más de 100 ataques al ganado en el último año [por 2015]” puede leerse estos días en la prensa. El lobo vuelve a estar en expansión en Castilla, los daños económicos son grandes, el rechazo rural (sobretodo) al mismo crece… y los partidarios de su defensa también. "Está demostrado que un ataque provoca estrés en los animales. Y en las cabras provoca abortos en las hembras que están gestando, las que están criando pierden la leche, y las que están en periodo de procrear pierden el celo. Yo sufrí varios ataques las navidades pasadas y no tuve ningún cabrito, cuando era la época. Y si no cumplo unos baremos de producción en función de los ejemplares que tengo, también pierdo las ayudas europeas. Todo esto hay que regularlo" (ganadero madrileño, en El Confidencial, 11/08/2016).

Evolución y distribución actual del lobo en España (Infografía El País).
¿Cómo compatibilizar la conservación del lobo y la defensa de los intereses económicos? 

Está todo inventado, basta mirar a nuestro pasado. En vez de solo subvencionar para paliar los destrozos, que también, mejor subvencionemos la cría y adquisición de otra especie mítica, la que lo mantuvo a raya: el Mastín castellano o perro merinero, el encargado durante siglos de guardar y proteger las cabañas de la histórica Mesta (de ahí lo de merinero, por las ovejas merinas), la asociación ganadera castellana que fue el pilar económico durante siglos del reino. Hagamos también que los ingresos por la caza cinegética del lobo (permitida al norte del Duero), sirvan para compensar los destrozos que este animal imprescindible del patrimonio natural hispano causa creando un círculo virtuoso, haciendo rentable al propio lobo. Y todos contentos. Si el toro bravo, que no existe como especie libre en la Naturaleza, se conserva, no ha desaparecido, se debe a las corridas y espectáculos, a que son de interés económico para el hombre, a que hay “industria y demanda de toros”. Con el lobo ha de pasar algo parecido. Si genera dinero, sobrevivirá. Y ambas cosas, lobo y dinero, son deseables.

¿Quién es el Mastín castellano?

Presente en Las Meninas de Velázquez, el Mastín castellano o perro merinero recibe tantos nombres como regiones ganaderas o Cañadas Reales hubo en España o como funciones tiene. Así, se le conoce también como mastín leonés (seguramente donde más abunda), mastín extremeño, mastín manchego, mastín de los Pirineos, mastín de campo, mastín ganadero, etc. siendo básicamente siempre la misma raza, de ahí que también sea conocido genéricamente como mastín español, nombre hoy más habitual. En Portugal, según zonas, se le denomina mastín de Tras os Montes, mastín del Alentejo, mastín de la Serra da Estrella, etc.

El Mastín ganadero o perro merinero (Foto Wikipedia).
Típicamente ibérico, hispano o español, su origen es sin embargo desconocido y aunque se tienen noticias de la raza desde hace siglos, su reconocimiento oficial como tal no llegó hasta 1946. Parece ser que los primeros ejemplares se criaron en la actual Extremadura (tanto leonesa, al oeste, lindando con Portugal, como castellana, al este), obtenidos del cruce de perros provenientes de regiones lejanas, posiblemente de la India y el Tíbet, con perros locales introducidos en su día por griegos y fenicios. La raza siempre estuvo ligada a la guarda de fincas, ganados y hogares si bien también fue usado como soldado en la conquista de América (su presencia causaba pánico a los indígenas, provocando estampidas). Fue de vital importancia económica en los medievales tiempos de la trashumancia del ganado merino, actividad económica que constituía uno de los principales recursos en todas las ciudades del viejo reino de Castilla hasta el siglo XIX e incluso hasta la mitad del XX; la casi extinción de esta actividad, sobre todo a partir de la Guerra Civil del siglo XX, y la consiguiente decadencia del mundo rural castellano, hizo descender drásticamente el número de ejemplares. No obstante lo anterior, parece que la raza está empezando a ganar adeptos dentro y fuera de nuestras fronteras (es un animal exportable, vendible) gracias a la creciente afición a las mascotas, a la generalización de las segundas residencias en zonas rurales (su hábitat natural) y quién sabe si pronto a su necesaria recuperación ahora que la presencia del lobo vuelve a campar por mesetas y montañas de toda Castilla. Y es que lobo y mastín van unidos. Si uno se expande, el otro se hace necesario. Por paradójico que a primera vista resulte, el lobo favorece al mastín y viceversa.

Hembra adulta de Mastín español.
Con entre 72-88 cm o más de altura de la cruz y entre 55-77 Kg (hembras) y 90-100 Kg (machos, algunos superan los 120 Kg), esta raza es la más grande de las razas españolas. Su apariencia es la de perro de gran talla, muy fuerte, potente y robusto, bastante flexible y ágil. Su presencia es imponente. Le caracteriza su cabeza grande (y proporcionada) y su gran papada que le dan aspecto de grandullón, tranquilón y bonachón. De ojos pequeños (en relación al cráneo), tiene orejas medianas y caídas. Se trata de un perro de gran belleza que no deja indiferente a quien lo contempla. Es de esos perros que te giras al verlo. Tiene un pelaje tupido, liso y grueso, de largura media presenta un color variado (amarillentos, negros, leonados, lobatos, cervatos, atigrados, píos...) pudiendo ser éste uniforme (suelen ser más apreciados) o combinados.

El Mastín es un musculoso perro guardián protector del rebaño.
El Mastín castellano es un perro de gran inteligencia, tranquilo, noble y de presencia contundente. Aunque pueda parecer áspero de entrada (como buen castellano), y no muy cariñoso (pero sí afectuoso) e independiente por su gusto por mantener las distancias (incluso con sus dueños), el Mastín no dudará en dar su propia vida para proteger la de sus amos. Es muy leal y valiente (de ahí su uso militar y como guardián de ganados y propiedades), desconfiado con extraños (ídem) y tiene un temperamento equilibrado, nada mimoso, lo que le hace apto como perro de compañía (también para niños) pero sin perder jamás su instinto guardián, protector. Su fortaleza ha hecho que sea valorado como perro salvavidas en ambientes climáticamente hostiles como las montañas. Es un perro muy seguro, algo solitario, que transmite, conocedor de su fuerza y potente ladrido grave perceptible desde la lejanía, la mansedumbre y notoriedad de quien sabe no va a ser desafiado, y que no dudará en defender su territorio ante la amenaza de extraños. Es bastante territorial por lo que necesita el aviso del dueño para tratar correctamente a las visitas y extraños. Su carácter, muy castellano, está impregnado de libertad e independencia, por ello no es recomendable para vivir en un piso, sí en el abierto, infinito y libre mundo rural. Destacar que no es un perro de carea o pastoreo (la función del pastoreo es conducir el ganado), sino un perro guardián, protector tanto del ganado como del pastor, y con tendencia a la jerarquía. Resumiendo, cien por ciento castellano.

sábado, 23 de abril de 2016

Castilla. El gran odio de los nacionalistas catalanes

Reproducción íntegra de un artículo firmado por el escritor y periodista catalán Adolfo Marsillach en ABC en 1928.

Por Adolfo Marsillach 
(ABC, 08/08/1928, página 4) 

El gran odio de los nacionalistas catalanes es Castilla. No hablan de ella que no sea con menosprecio o con rencor. De pobre, de letárgica, de atrasada, de restos humanos al margen de la civilización, no la dejan. De su glorioso pasado no se acuerdan, o no quieren acordarse. Tampoco de que con ella fue cataluña a la reconquista del patrio solar, y de que fué la primera en batirse, con la total indiferencia de los catalanes, por la libertad de las Municipalidades, atropellada por Carlos V.

"Castilla. El gran odio de los nacionalistas catalanes", del escritor y periodista catalán Adolfo Marsillach. ABC, 08/08/1928.
Esta aversión injustificada de los catalanistas tiene por causa el haber Castilla ejercido, como la correspondía por su extensión de su territorio y número de sus habitantes, la hegemonía política de España, y la difusión del idioma castellano por toda la Península, y su prevalecimiento en razón de su copiosa literatura y su valor internacional. En cuento a su hegemonía política, a la que se le acusa de centralizadora, hay que decir que el centralismo en España no fué obra de Castilla, sino que nos vino de Francia con Felipe V, y por lo que se refiere al idioma, que el de Castilla no ha sido jamás impuesto en las regiones españolas de otra habla más que como órgano idiomático oficial, pues había de haber uno para que todos, con las menores dificultades posibles, pidiésemos entendernos. Castilla no tiene culpa de que su lengua haya absorbido, o dejado en segundo plano, a los pequeños idiomas regionales. Y en esto no ha habido ningún daño. Gracias a la filtración del castellano en Cataluña, en Galicia y en las Vascongadas, catalanes, gallegos y vascos hemos poseído un mayor vehículo de relación y de cultura, y podido arriesgarnos en empresas comerciales más allá de nuestra tierra y de nuestros mares.

El progreso industrial de Castilla no admite comparación con el de Cataluña, pero basta su brillante iniciación para que se pueda decir, sin faltar a la verdad, que Castilla vive en irredimible letargo. Va despertando de su somnolencia; va poco a poco progresando y redimiéndose de su pobreza.
Injuriarla por ser pobre es una crueldad, una grosería de nuevo rico. Que otros pueblos luchen como ella, con un clima bronco y una tierra ingrata, y ya veremos si se enriquecen tan fácilmente.

Y aunque no fuera así, sería digna de las máximas consideraciones. Cuando un pueblo como Castilla ha dado al mundo tantos e ilustres ingenios y libros cumbres que la han inmortalizado; cuando impulsada por su idealismo, fue al descubrimiento de un continente, que luego conquistó, extendiendo la civilización cristiana desde el golfo de Méjico al Estrecho de Magallanes, y con Italia compartiera la obra magna del Renacimiento, este pueblo, por lamentable que sea su decadencia, hay que tratarlo con respeto.

Que en el mundo no todo ha de ser tráfico, dinero, filosofía práctica de mercaderes.
Toledo es más interesante que Manchester.

Adolfo Marsillach.
Barcelona, Agosto de 1928.

domingo, 17 de abril de 2016

El rebuzno mañanero de Homs y Castilla

Por Javier Martínez

En declaraciones a Els Matins (Las Mañanas) de TV3-5-10% reproducidas por La Vanguardia (18/03/2016), el sandio de Francesc Homs, flamante nuevo portavoz en Madrid de la podrida Democracia y Libertad (nuevo nombre de la corrupta CDC) nos ha deleitado con uno de los habituales cantos asnales que con tanta frecuencia se oyen en los amaneceres del noreste peninsular desde hace unos cien años. Canta así el solípedo animal ante los micrófonos:
“El tema catalán es tan importante en España que en la primera sesión ordinaria del Congreso, el primer orden del día, fue sobre la unidad de España, y estuvieron a punto de no ponerse de acuerdo en algo en que están de acuerdo: la unidad de España [por lo que] he llegado a la conclusión de que España es un invento de Castilla y que (sic) Castilla se lo cargará”
Se refiere a la incapacidad de Pedro Sánchez (PSOE), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Podemos) de consensuar, no ya un nuevo gobierno para España, sino hasta lo más trivial, que somos un país todavía unido. Incapacidad que deviene, y esto es lo relevante, por castellanos, claro, pese a que uno de ellos es barcelonés y los dos madrileños ni tienen conciencia de serlo por haber nacido en la era post Logse del Estado autonómico, y a los que equipara como un todo con la mismísima Castilla. El caso es que ésta siempre acabe culpable, hasta de la muerte de Manolete. También de la ruptura por la que él tanto trabaja. 

La mamarrachada es una coz a la inteligencia de proporciones siderales por tantas razones como neuronas le faltan al cuadrúpedo animalito con corbata. Y es que ‘Quico’ Homs, como los entrañables asnos del pre Pirineo, o no tiene dos dedos de frente para discernir las diferencias, o su estómago le puede, o quizás ambas cosas.

La Vanguardia, 18/03/2016
¿Cómo explicarle al peludo ceniciento de cortos alcances que la historia de Castilla no arranca sino siglos después de que existiera Hispania? Ahora resulta que la vieja Hispania, incluida la Tarraconensis (desde cuyo Conventus Jurídicus se ideó unir administrativa y jurídicamente por primera vez a toda la Península), la inventó la no nacida Castilla, ¡tócate la uña, Quico!, y que bastante antes de levantar sus castillos, Asturias-León ya llevaban 300 años de titánica lucha por recuperar Hispania al moro. 

¿Cómo explicarle al refractario castellanófobo de la pezuña enfangada en estiércol que Ataúlfo, rey hispano-visigodo, y Gala Placidia, hija del emperador romano Teodosio, establecieron en Barcelona la primera capital de la Hispania unificada por los godos antes de que Castilla asomara a la vida?, ¿qué hay de quienes consideran que España, no es sino el nombre catalanizado del latino Hispania?, ¿tan raquítico es el papel de los otros pueblos españoles en su propia historia, en tan baja estima se tiene? Solo como concepto geográfico España acapara entre 2500 y 3000 años, machote, y fueron los godos los primeros en hacer de Hispania una nación política independiente. ¿Algún voluntario con paciencia suficiente que le explique a este político de establo que inicialmente, antes de nacer Castilla como condado, el territorium castellae no era sino un trozo del Ducado visigodo de Cantabria, es decir, un trocito montañoso plagado de humildes castros de una de las provincias norteñas de la Hispania goda?

¿Cómo explica Homs desde su estabulada mente que lo primero que hizo el rey-emperador Carlos V y su dinastía al llegar a España fue cargarse los Fueros de Castilla y desencadenar una guerra unos cuantos siglos (1521) antes de que sucediese lo mismo que a los periféricos catalanes (1714) o que Castilla se tiró la friolera de 200 años o más arruinándose para sostener el imperio europeo de la Corona de Aragón (donde se encuadraban los condados catalanes) y los territorios de la herencia borgoñona? ¿Por puro invento, para cargárselo después? ¿España un invento castellano para quedarnos con la rica Cataluña? No me haga reír. Mientras Castilla controló el 22% del territorio del planeta Vds. no fueron capaces ni de reconquistar su territorio (el rey de Aragón renunció a sus derechos al otro lado del Pirineo a cambio de quedarse con Cataluña, de recuperar los territorios de la Marca Hispánica. Así es como Cataluña pasó de formar parte del Imperio carolingio a depender de Aragón: fue comprada mediante permuta, y cuando Aragón se unió a Castilla formando España aportó entre otros territorios a Cataluña, ergo, Cataluña pertenece a España, que es la heredera legítima tanto de Castilla como de Aragón). Cataluña nunca fue del interés de Castilla pues ésta siempre prefirió la unión con Portugal antes que con la Corona de Aragón. Fueron aragoneses y catalanes quienes desearon la unión para evitar de nuevo la zarpa francesa. Castilla siempre tuvo vocación atlántico-europea, no mediterránea. Si queríamos ser ricos, nos bastaba con mantener cerrado el comercio hacia las Indias al resto de españoles, ¿no le parece? ¿Cómo explica el asnado político que la Barcelona de 1714 estuvo defendida, entre otros, por un Tercio de castellanos y que Felipe V, tras la guerra de Sucesión, constituyó un cuerpo para su protección personal dirigido por catalanes?

Que Homs es el típico fermento fecal del catalanismo dan fe dos de sus frases más célebres. Si en mayo de 2013, para negar la evidencia, afirmaba ufano que "los alumnos catalanes saben más castellano que la media española" (La Razón.com, 21/05/2013), en 2014, orgulloso, se jactaba de que "mis hijas no entienden el castellano porque tienen prohibidas las televisiones españolas en casa"; de ambas citas se deducen, al menos, tres cosas. Primera, sus hijas están por debajo de la media (literalmente, son subnormales); segunda, su padre está orgulloso de eso; y tercera, y la peor, hace víctimas de su propia castellanofobia y fanatismo a sus propias hijas. Menudo animal. Nada nuevo en alguien que no acostumbra a usar la cabeza, salvo para peinarla. Dijo el asilvestrado diputado en otra ocasión: "La sentencia de muerte, Madrid ya hace tiempo que la ha dictado. Por eso mucha gente en Cataluña sabe o intuye que, del esquema del Estado español, hemos de salir. Nos equivocaríamos colectivamente si ahora pensáramos que con el proceso [independentista] puede haber un plus de penalización del Estado español. Más daño ya no nos pueden hacer. O reaccionamos colectivamente o morimos. [...] o nos espabilamos o moriremos. Nadie puede creer que quedarse quietos será mejor. Porque si nos quedamos quietos, morimos. Aplicarán a tutti pleni esta sentencia que ya hace tiempo ha dictado Madrid. [¿Cuenta con el empresariado?] ¡Por supuesto! No tengo ninguna duda. Es el mismo empresariado que ha contribuido a que tomáramos conciencia de que hay una sentencia de muerte sobre Cataluña. Los hechos son indiscutibles. […] el crecimiento económico lo tienen estrangulado. Nos chupan la sangre a través de los impuestos. Nos aplican aquello de ‘ni hacer ni dejar hacer’ […] con España siempre acabamos en una tomadura de pelo” (Homs, en El Punt Avui, 30/12/2012, reproducido por La Voz de Barcelona.com)

De Castilla nadie se acuerda salvo para culpabilizarla, vilipendiarla y pisarla como a un felpudo, sobre todo desde la periferia mediterránea. Nadie la defiende, todo queda impune, sale gratis. Ni le importa a Homs, el asno de Vic, ni a ninguno de los tres políticos anteriormente citados. Castilla hoy, como ente administrativo-político, ni existe, no es ni CCAA; existen sus trozos, todos ellos en fase acelerada de descastellanización tanto por el sur (Andalucía o Castilla la Novísima y el archipiélago canario o Nueva Castilla del Atlántico) como por el norte (Cantabria y La Rioja, que no son otra cosa que parte de la región de Castilla la Vieja) como por el centro (Madrid, que es Castilla la Nueva en estado puro por mucho que muchos nieguen su identidad) como por el este (comarca de Utiel-Requena, desgajada recientemente de Cuenca, y Murcia, la Nueva Castilla del Mediterráneo que la violación del Tratado de Almizra por parte catalano-aragonesa dinamitó) como por el oeste (Extremadura, una prolongación de Castilla la Nueva). Y a nadie le importa, a todos viene bien un saco al que zurrarle. Lo que a Vd. le jode, lo que no alcanza a explicar ni a entender porque Dios no dio al asno luces suficientes, es que su legado cultural, principalmente su lengua, en cambio, sigue vivito y coleando y goza de excelente salud. Vd. habla castellano porque le interesa, porque lo necesita, no porque yo sea un fascista, y yo no hablo catalán por la misma razón que no hablo coreano o sueco y no es por falta de respeto. 

Actualmente todos los países miembros de la UE tendemos hacia la convergencia jurídica, a la uniformidad y a la integración, ¿y qué?, ¿vamos a inventarnos un feroz centralismo alemán opresor solo porque éste es el país más grande y de posición geográfica central o porque el catalán no es oficial en esa Europa? ¿Hay que ser castellano o fascista para conocer esas cosas? Pensaba que bastaba con no ser burro. Éste abrazafarolas que tanto se permite frivolizar sobre Castilla no conoce ni las verdes y pinariegas montañas castellanas ni los infinitos llanos machadianos y cervantinos ni tiene el más mínimo interés en averiguar cómo el franquismo, por mor de las balanzas ahorro-inversión, esquilmó a Castilla para inundar de liquidez a la banca barcelonesa y vizcaína, siempre sedienta de dinero para financiar la expansión industrial local, o cómo las cosechas de trigo y demás cereales castellanos se abonaban irrisoriamente en el Banco de España con la negociación de los certificados del Servicio Nacional de Trigo, para poder financiar después con un mejor diferencial la industria catalana en los tiempos de la autarquía. O como el ahora “opresor, colonialista y fascista” Estado español, tan castellano-céntrico y malvado él según los mantras peris, resulta que diseñó un plan radial de canales y trasvases que llevasen los ríos a la periferia, trasladando el desierto mediterráneo a la meseta. Agua baja, desierto sube.

A la pobre, esquilmada y troceada Castilla, carne de mosquete y tributos en todas las guerras de la Corona de Aragón en el Mediterráneo, se le carga las culpas de las caprichosas uniones entre dinastías reales godas (que manda huevos), austríacas, o francesas. ¿Sabe Homs que los indianos catalanes se saltaron todas las leyes castellanas que regían en el Nuevo Mundo para poder traficar con esclavos con los que se asentó buena parte de la prosperidad industrial catalana posterior?, ¿sabe Homs que esa fue la causa de la rebelión y pérdida de Cuba y Puerto Rico?, ¿sabe Homs que el catalanismo que profesa, tan repugnantemente castellanófobo, nació precisamente en esas fechas (finales del XIX) cuando la burguesía catalana, enfurecida, vio perder el negocio de los esclavos en el Caribe culpando de ello a Castilla, que efectivamente nunca movió un dedo en defensa de semejante atrocidad? Todo esto no son inventos ni cuentos. Desde entonces viene la inquina. Con su pan se lo coma, bellaco.