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domingo, 2 de octubre de 2016

¿Qué problema tiene la izquierda española con Castilla?, ¿y la derecha?

Por Javier Martínez.
     
     Me viene a la mente una, a mi juicio, clarividente cita de Muñoz Molina[1] sobre la deriva ideológica de la izquierda española según la cual en las regiones periféricas “primero se hizo compatible ser nacionalista y ser de izquierda. Después se hizo obligatorio. A continuación, declararse no nacionalista se convirtió en la prueba de que uno era de derechas. Y en el gradual abaratamiento y envilecimiento de las palabras bastó sugerir educadamente alguna objeción al nacionalismo ya hegemónico para que a uno lo llamaran facha o fascista” y que no por cierta y clara sigue escondiendo algo que muchos denunciamos: la izquierda española, no solo se ha tragado el nacionalismo excluyente como ideología sino que asume como propio el ideario anticastellano y castellanófobo que esos periferismos incuban y difunden sin siquiera disimulo y que es la madre del cordero, la bicha que nadie quiere nombrar.

Blas Infante Errejon
El madrileño Íñigo Errejón Galván nos ha salido separatista andaluz y se apunta a idolatrar a quién más ha hecho por envenenar, desenraizar, falsear la historia del sur castellano y triturar la historia de Castilla la Novísima. El tonto a las tres de la tropa piji-roji es así de simple. Al párvulo podemita, cualquier conato de anticastellanismo le hace babear, lo ingiere rápidamente. La "nueva" política, como la vieja, nace del estiércol más putrefacto. Nada nuevo. No sabemos qué es lo que más admira Errejón de Blas Farsante pero apuntamos algunas pistas: Blas Infante negó que Andalucía sea hija y parte de Castilla y que los andaluces sean repobladores castellanos. Blas Infante creó un nacionalismo fuertemente negador de Castilla, anti-católico y chusquero que se sacó de la chistera entre otras muchas cosas una neobandera inspirada en el verde del islam, religión que adoptó tras renegar del catolicismo, y un himno que es todo un plagio. También propuso acabar con las grafías latinas y escribir con el alfabeto arábigo, no dudó en visitar al golpista Companys en la cárcel... toda una joya. Ah, bueno, es cierto, se me olvidaba, fue asesinado por unos falangistas durante la Guerra Civil. Eso es suficiente y le convierte en un ser admirado por la izquierda, aunque en vida no pasase de friki mamarracho.

     Dado que todos los nacionalismos periféricos se basan en la castellanofobia, pues todos ellos construyen su corpus ideológico a partir del odio, la persecución y el rencor a la lengua, cultura, inmigración e historia de Castilla (Castilla opresora, Castilla fascista, Castilla imperialista, Castilla invasora, Castilla genocida y centralista, Castilla explotadora y expoliadora, etc. son solo algunos de los muchos mantras que destilan a diario) y dado que chapotean en el abierto racialismo y supremacismo étnico, para ser precisos, la cita debería haber sido escrita como sigue: “primero se hizo compatible ser nacionalista castellanófobo y ser de izquierdas. Después se hizo obligatorio. A continuación, declararse no nacionalista se convirtió en la prueba de que uno era castellano y de derechas. Y en el gradual abaratamiento y envilecimiento de las palabras bastó sugerir educadamente alguna objeción al nacionalismo castellanófobo ya hegemónico en toda la periferia para que a uno lo llamaran facha o fascista castellano” lo que sin duda encaja mejor con la realidad política periférica. Hasta canarios y andaluces están tratando de implantar un nacionalismo local apoyándose en escupir sobre el reino del que forman parte: Castilla. Y no hablamos solo de la izquierda clásica, de IU o PSOE solamente, también Podemos se apunta al continuo vilipendio.

Y se queda tan pancho. No es solo que enfrente a Castilla con Cataluña, es que lo hizo después de la polémica generada a raíz de que la pública TV3 identificara al ciclista Purito con la señera en vez de con la rojigualda tras una prueba olímpica. ¿Qué tenemos nosotros que ver en eso? Pero lo más zafio es que para cargarse de razones colgó en un tuit de la popular red social fragmentos de "Victus", el panfleto de marcado signo castellanófobo del catalanista (perdón por la redundancia) Albert Sánchez Piñol, al que parece admirar y donde se sueltan lindezas como "La atrofia cerebral de Carlos II era un reflejo de Castilla y su Imperio coagulado", "los paisajes castellanos habían engendrado unos señoríos tiránicos", "la hidalguía española... la hidalguía española... ¡me tiro un pedo en su hidalguía! ¿Qué teníamos nosotros que ver con esa gentuza? Para un castellano de pro trabajar era una deshonra; para un catalán, la deshonra era no trabajar",  "[Las manos castellanas] solo pueden empuñar armas; lo contrario sería ensuciárselas, no comprende, y menos tolera, otras formas de vivir la experiencia humana: lo industrioso le repele. Si quiere prosperar, su misma concepción elevada de la dignidad, paradójicamente, lo empuja al saqueo de continentes indefensos o al miserable oficio de cortesano", "¿Qué es Castilla? Cojan un páramo, pónganle una tiranía, y ya tienen a Castilla". Pablo Iglesias es uno de esos bobos esféricos que tanto abundan y reptan indignos por nuestra tierra, político piji-roji que jamás se definirá nacionalista aquí, en su tierra, ideología que aborrecerá y despreciará sin límites (lo cual es muy respetable), pero que no duda en abrazar, complacer y admirar en tierras periféricas ajenas (lo que resulta muy miserable) siempre y cuando reúnan una condición: que sea excluyente e intolerante con los castellanos, con sus a priori compatriotas. ¿Se puede ser más gilipo? Es difícil, habría que entrenar muchísimo.

     Pablo Iglesias no duda en asociar Castilla con una TV a la que cuelga el sambenito de casposa, reaccionaria, conservadora, caciquil y fascista cual es la católica 13TV simplemente porque no es de su cuerda, e Iñigo Errejón, también madrileño, se nos ha vuelto adalid del independentismo andaluz cuyo andalucismo agusanado y mal entendido difunde la patraña de la conquista y posterior colonialismo castellano sobre los andaluces, como si éstos y aquellos no fuésemos lo mismo.

"El anticastellanismo es hoy la ideología más transversal y silenciosa que existe en el panorama político español. Lo han interiorizado todos. Unos lo acatan por acción, otros por omisión."

     ¿Cuántas veces hemos oído o leído al catalanismo más grasiento y mugriento identificar al PP y a Lucifer con Castilla? Pues esa es la moto que Pablo Iglesias y su cuadra de indocumentados compra y revende sin problema alguno. ¿De quién, Errejón, han de liberarse los andaluces?, ¿de quién, Pablito, han de defender los catalanes su lengua? ¿Atacando la nuestra, y a nosotros, es como “se defiende” la suya? Pero cabe hacerse más preguntas. ¿Por qué la izquierda toda, aunque en distintos grados, acepta denominaciones antihistóricas y expansionistas como Países Catalanes o Euscal Herria y ni se plantea o rechaza la reunificación de Castilla en una única CC.AA. tal y como reconoce y es compatible con la Constitución? ¿Por qué la derecha del PP defiende con orgullo su galleguismo, navarrismo y valencianismo, al tiempo que su españolidad, y es incapaz de afirmarse mínimamente castellanista y española? ¿A quiénes (y por qué) quieren ambos complacer? ¿A qué vienen tantos complejos, es que sienten la necesidad de pedirles perdón por ser y nacer castellanos? El anticastellanismo es hoy, sin lugar a dudas, la ideología más transversal y silenciosa que existe en el panorama político español. Lo han interiorizado todos. Unos lo acatan por acción, otros por omisión. Y así nos luce el pelo a los castellanos: troceada y diseminada Castilla por hasta 11 CC.AA., somos ninguneados y presa fácil de todos. ¿Hasta cuándo?




[1] En “Todo lo que era sólido” (2013, página, 78)

lunes, 10 de noviembre de 2014

El castellanófobo Josep Fontana, Detritus Oloris Causa


Por Javier Martínez
(Artículo dedicado a Don Francisco de Quevedo y Villegas)

En su discurso de investidura como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Valladolid -en la no lejana fecha del 25 de noviembre de 2011- el bellaco de Josep Fontana Lázaro no dudó en declarar desde su mismo inicio “haber aprendido a conocer y estimar esta tierra”, en referencia a Castilla, gracias a amigos –estos si insignes historiadores- como Julio Valdeón, Felipe Ruiz Martín y Ángel García Sanz, alguno de ellos ya desaparecido que a buen seguro se revolverá en su tumba si llega a escuchar las últimas deposiciones verbales del infecto sujeto que hoy nos ocupa.

Poco tiempo ha pasado desde entonces, lo que descarta un cambio académico, ideológico o de parecer reflexivo pero también repentino dada la naturaleza de las declaraciones, y es ahora cuando esa cita adquiere su significado: no era cortesía sino cinismo, no había sinceridad, simplemente se estaba justificando, su subconsciente estaba tratando de ocultar, de excusar y negar sutilmente más bien, su subyacente castellanofobia, esa mezcla de odio, desprecio y envidia que ahora aflora y que su nada egregio cerebro no sabe controlar o eliminar. Imprudente y falto de razón, terco y porfiado en lo que dice, el viejo ideólogo izquierdista catalanista, ergo anticastellano -valga la redundancia-, ha soltado babas y espuma por la boca y nos ha deleitado con un nuevo excremento –lo que prueba una vez más que el hijoputismo anticastellano, es decir, el catalanismo (aquí en su versión de izquierdas)-, no descansa nunca. Lean un anticipo del excremento que el vil, mezquino y avariento Fontana nos lanza y contengan el vómito a continuación si pueden:

Observen la mirada porcina de Josep Fontana, castellanófobo confeso, en el momento de dar rienda suelta al animal de bellota que lleva dentro. Observen igualmente, cómo protege su reloj del potencial expolio que cualquier malicioso castellano que pase por allí a buen seguro le propina dada su intrínseca naturaleza "diferente". (Foto El Periódico de Cataluña, 22/10/2014)
"[…] Mil años nos han ido haciendo diferentes [de los castellanos] […] Tras la manifestación del 11 de septiembre del 2012, cuando se produjo aquella reacción, muy espontánea (sic), de la gente, que cogió a los políticos por sorpresa, mi idea era explicar por qué se había producido ese fenómeno, que la gente se dé cuenta [¿también espontáneamente?] de que (sic) no es una cuestión de los últimos dos años, sino de los últimos 500 años. [...] Cataluña es un país (sic) donde no hay grandes fortunas, ni grandes magnates feudales como en Castilla, ni grandes fortunas urbanas como en Italia. [...] Cataluña crea una sociedad que negocia [...] Se crea desde muy pronto un tipo de gobierno que genera unas constituciones y un tipo de derechos que la gente conoce porque les da garantías. Que les garantiza cosas tan importantes como no poder ser castigados sin juicio previo. Eso es algo que los militares castellanos no entienden. [...] Con la suma [palabra utilizada para evitar otra, unión] con la Corona de Castilla el sistema podría haber desaparecido y haberse provincializado. Y lo que hay es todo un intento de mantenerlo, desarrollarlo y actualizarlo. Hay una revolución catalana que va de 1480 a 1706. [...] En 1714 Cataluña, que está en pleno progreso y empuje económico, es coartada.
Entrevistador: Ese es el consenso actual entre los historiadores catalanes. Pero al otro lado se sigue hablando de la modernidad y el progreso traído por los borbones tras suprimir unas obsoletas rémoras medievales:
Respuesta: Es que no lo eran. [...] El mito del progreso borbónico es una tontería. Los borbones hacen que España, que aún era una gran potencia, pase a ser una ruina en 1808. Y aquello de que en Barcelona se luchaba por la libertad de toda España... lo que sucede es que son conscientes de que la libertad de aquí depende de que allí también exista. De aquí sale, en la burguesía, la idea de hacer una nación española en que las libertades sean equivalentes. El proyecto [ilustrado y liberal] de hacer una nación española rechaza la idea de que lo que se necesita es sujetar a la gente de aquí a las leyes de Castilla. Esta burguesía [catalana] en el XIX renuncia a la lengua y tiene ese entusiasmo porque quieren construir una cosa nueva. Ese fracaso del proyecto liberal era inevitable porque no se podían fusionar dos sociedades [castellana y catalana] distintas con mentalidades distintas. [...] La conciencia [catalanista] de lo que se perdió pervive en un medio popular, antes de que la burguesía empiece a mirar hacia atrás para crear mitos. Y los soldados se encuentran con problemas con sus superiores, el funcionario que reclama los impuestos suele ser castellano... En el teatro popular bilingüe el castellano se reserva a personajes ridículos, pretenciosos y autoritarios. Las cosas vienen de abajo, y no cambiarán hasta finales de siglo, cuando la burguesía ve que no tiene nada que hacer en la política castellana. [...] No hay ningún Gobierno posible en Madrid, de derechas o de izquierdas, que se pueda permitir negociar una declaración de independencia. Y el otro; la ilusión de los políticos españoles de que todo esto es como un delirio, una enfermedad, pasará y todo seguirá siendo como antes. No. Nada será como antes. Porque si algo importante pasó el 11 de septiembre del 2012 es que fue la gente la que dijo que estaba hasta las narices.
Entrevistador: refiriéndose a la segunda guerra carlista [Vd. dice que] «Madrid no entiende nada»...:
Respuesta: La sociedad castellana en la baja edad media tiene un problema considerable, el de las tres religiones. En lugar de tolerancia, un problema. Nosotros no nos libramos [de la intolerancia], pero no marca tanto nuestra cultura. La palabra raza es una palabra de origen castellano en cualquier lengua del mundo. Raza era un defecto en un tejido. Y se transmite ese significado a la raza de moros y judíos. Este hilo de intolerancia hace que nunca acaben de entender que los otros hablen distinto, que sean distintos. O que quieran tener unas formas de vida distinta. No lo entienden. Y ese no lo entienden lo ves cada día. Han sido educados para no entender nada. Y cualquier cosa que se les ponga por delante... ahora me dicen que soy un viejo estalinista que se ha hecho nacionalista. Cuando entré en el PSUC era tan nacionalista como ahora. El programa del PSUC hablaba de autodeterminación. Sé que algunas cosas que he escrito irritarán. Pero editar el libro solo en catalán ayudará a que lo lean menos.
Entrevistador: ¿No habrá traducción [al castellano]?:
Respuesta: He dicho que no. Quería explicar cosas a gente que tiene la misma cultura, que ha tenido las mismas experiencias, que se ha encontrado con los mismos problemas y con la que tenemos una visión del mundo compartida, que es lo que acaba fabricando toda esta identidad.
Entrevistador: ¿Se rinde? ¿No hay nada que hacer [con los castellanos]?:
Respuesta: No es eso solo. He escrito este libro pensando en lectores catalanes. Si he de hacer los mismos razonamientos a lectores castellanos, lo tendría que reescribir completamente. Y no sé si vale la pena el esfuerzo."
(Entrevista a Josep Fontana, presentado como "maestro de historiadores" (sic), en El Periódico de Cataluña digital, 22/10/2014, promocionando su última deposición castellanófoba de próxima aparición en estanterías de papel higiénico: 'La formació de la identitat. Una història de Catalunya', un nauseabundo y ofensivo chorroborro)

"Los castellanos han sido educados para no entender" (Josep Fontana, candidato a Premio Gilipollas del año). Captura de El Periódico de Cataluña, 22/10/2014, lugar donde ha defecado un anticipo de sus castellanófobas teorías.

Ahí queda eso para los anales de la Historia. Anales de ano, no de años, que es por donde este miserable puerco eructa sus opiniones y su marronáceo magisterio. Y digo yo, ¿a qué espera la Universidad de Valladolid para retirarle el título de Doctor Honoris Causa?, ¿no sería mejor declararlo animal de mirada baja, personajillo non grato, o simplemente, Detritus Oloris -u Horroris- Causa? Sin duda se ajustan mejor al perfil de bellaco gualdrapa que lleva dentro, al de mamífero artiodáctilo del grupo de los Suidos dada su jeta alargada, sus pezuñas, nariz y mirada porcina. 

¿Qué pasa en Cataluña que no hay semana que no nos vomiten un desprecio?, ¿qué pasa en Castilla que estas cosas ni se denuncian, ni se publican, ni se rebaten? ¿De qué somos culpables los castellanos para merecer semejante y continuado trato por parte de los peris (internauta Villaroel dixit)? Si a un catedrático emérito castellano de Historia se le ocurriese soltar algo así, que no es el caso, contra Cataluña o los catalanes se armaría, con razón, la de San Quintín. En cambio, contra Castilla, todo vale, nunca pasa nada, sale gratis. Nadie la defiende, nadie se defiende. La anulada e indolente -quizás por troceada y triturada territorial, política y socialmente- sociedad castellana, ausente de todo debate, ni se inmuta pese a que le llueven los escupitajos. No es ni el primero ni el último que difunde esas burdas falacias anticastellanas en el Principado. Es algo que se empeñan en expandir desde la oficialidad política y cultural. Esas teorías tienen muchos ecos, gozan de gran difusión, de enorme aceptación entre los fétidos ideólogos catalanistas de todo pelaje que alimentan el cerebro inerte de sus gentes, tan contaminadas de odio al castellano. El éxito editorial con esos ingredientes está asegurado, que se lo digan a Sánchez-Piñol, otro juntaletras que padece castellanitis aguda. ¿Qué responder, qué hacer con abrazafarolas como el zafio Fontana? Cualquier cosa menos perder el tiempo razonándole a un suido fanático, a un malandro del bolígrafo; ¿pienso para cerdos tal vez? No sé a Vds., pero a mí no se me ocurre ninguna utilidad mejor que meter su verraco cuerpo, previa trituración, en el dornajo, y usarlo como carne picada, como hamburguesas para los de su misma especie, como pienso para los de su piara. Razonar y debatir se reserva a humanos, es cualidad exclusiva de la vida inteligente. Y no es el caso.

P.D.: Raza, del latín radĭa, de radĭus. Basta una simple consulta al diccionario para comprobarlo.

jueves, 28 de agosto de 2014

Castellanofobia hasta en el discurso del nuevo rey.

Por Javier Martínez.

Hoy toca látigo, advertidos quedan. Si algo subyace en el discurso de la llamada coronación-proclamación, en adelante la Llamada, y que no tiene perdón ni razón ni explicación, es su sutil pero evidente carácter castellanofóbico a poco que se rasque un poco. Discurso, no lo olvidemos, que gozó del visto bueno previo del presidente del gobierno (Rajoy) y del jefe de la oposición (Rubalcaba). Unos dos meses hace ya de eso (la vida en el lodazal ibérico sigue igual), y nadie parece haber reparado en ello.

El reinado de El Preparao (al parecer va sobrao de méritos para el cargo de Jefe de Estado, como si en un sistema monárquico estos importaran algo frente a la bragueta), empieza como acabó el de su padre, El Campechano, diciendo en voz alta a quien quiera oírlo, que está dispuesto a malvender la dignidad de los castellanos (y demás restospañoles) a cambio de una prórroga de tiempo, de falsa normalidad y tranquilidad, rogada, casi suplicada, a los peris separatistas y que no evitará un cataclismo aún mayor dentro de unos años, quizás meses, visto el órdago catalanista con cronómetro, dinamita y mecha encendida.

¿Se han fijado Vds. a qué cuatro escritores citó el nuevo rey en su discurso?, ¿se han parado a pensar qué tienen en común y cuál es la razón ideológica última de que sean esos y no otros?

El gallego Castelao, el vasco Gabriel Aresti, el catalán Espriú y el andaluz Antonio Machado. Cuatro jinetes de las nacionalidades “históricas”, las cuatro niñas bonitas del Estado periferista. ¿Casualidad? Restospaña no cuenta, directamente nos esconden a castellanos, aragoneses y navarros, los auténticos reinos históricos. Y para mayor oprobio se elijen personajes, entre otras causas, por su odio explícito a Castilla, lo castellano y los castellanos.

Vamos con el primero. Entre los méritos de Castelao figuran citas como éstas:
“El día 25 de julio del 1935 estábamos celebrando el mitin de las arengas en la Quintana de Santiago, y un patriota gritó: ¡Viva España! En seguida surgieron del público unos jóvenes separatistas y apalearon al interruptor patriota. Yo di por bien empleado aquel castigo

“En la Unión Soviética  el problema de las nacionalidades quedó resuelto, previa y definitivamente, por medio de la libertad y de la democracia. […] Nosotros debemos aceptar para España una solución idéntica a la que dio la URSS y no conformarnos con otra”.

España no es una nación sino un conjunto de grupos humanos étnicamente desunidos (sic)”

“Siendo Galicia el reino más antiguo de España le fue negada la capacidad para asistir a las Cortes [castellanas], y ésta es una ofensa imperdonable; pero peor ofensa fue la de someternos a Zamora -una ciudad fundada por gallegos, pero separada ya de nuestro reino y diferenciada étnicamente de nosotros-. Con razón el exaltado Vicetto escribió estas palabras: ‘¿Y quién le negaba [a Galicia] ese derecho de igualdad y solidaridad entre los demás pueblos peninsulares? Se lo negaba la canalla mestiza de gallegos y moros que constituía los modernos pueblos de Castilla, Extremadura, etc. Se lo negaba, en fin, esa raza de impura, adulterada sangre”

Lo que el mundo distingue como español ya no es el castellano, es el andaluz, que tampoco es andaluz, sino gitano. A este respecto hay que decir que no negamos la hondura cultural de Andalucía, sólo comparable a la nuestra; pero es que allí los fondos antiguos y de mayor civilización están ahogados por la presencia de una raza nómada y mal avenida con el trabajo. […] Más… ¿qué es la golferancia y el señoritismo sino un remedo de la gitanería? ¿Qué es el flamenquismo sino la capa bárbara en la que se ahogaron los fondos tradicionales de España, la cáscara imperial y austríaca, los harapos piojosos de la delincuencia gitana? Hoy el irrintzi vasco, el renchillido montañés, el ijujú astur, el aturuxo gallego y el apupo portugués están vencidos por el afeminado olé… Pues bien; los gallegos espantaremos de nuestro país la plaga de Egipto aunque se presentara con recomendaciones…, porque somos la antítesis de la golferancia y del señoritismo, de la gitanería y del torerismo.”

Comunista y pro-soviético, ergo antidemócrata, antiliberal y republicano, además de antiespañol, anticastellano (“la canalla mestiza, raza impura”) y racista, perdón por la redundancia, ¿no había otro asno peor para un discurso real? La respuesta es no, por eso se eligió a éste. Rosalía de Castro por ejemplo, nos insultaba incluso más, nos despreciaba mejor, pues al menos lo hacía en una excelente prosa. Igual de ruin, era menos zafia. Por eso la descartaron.

Vamos con Salvador Espriú, un poeta con algunas cosillas interesantes, pero que nunca pasó de escritor local. A él se le atribuye la frase: “Castilla y Aragón hicieron a España, y Castilla se la cargó”. Con lo cual, todo lo demás sobra. Ya tenemos el mérito aportado para haber sido seleccionado por el marido de la bi-abortista, divorciada, republicana, atea, izquierdista y sindicalista reina consorte, alias La Prota. Este Rey todo lo elige bien, no cabe duda. Conste que a mí, todas esas cosas me traen sin cuidado, pero pensaba que no así al Rey.

De Aresti, de cultura y lengua materna castellana, siempre se elogió por la excluyente piara periférica del norte seguidora del bellotari Sabino Arana, que la abandonase en su obra en favor del vascuence aprendido a trompicones de adulto. Eso da puntos para Felipe VI y lo de menos es lo intrascendente de su obra. Su único mérito puntuable pasa por escribir en vasco (algo lícito ojo), pero no tanto por el vascuence en sí, que nada relevante escribió en él ni culpa tiene este idioma, sino por hacerlo habiendo renunciado al castellano. Normal, en castellano no pasaría de vulgar mindundi, un don nadie, pero en vasco es un héroe nacional.

¿Y qué pinta ahí el gran Machado? Presenta una brillante trayectoria literaria, pero cuidado, que no es esa la causa de su inclusión, sino el haber escrito cosas fácilmente utilizables contra los castellanos por los peris de toda ralea tales como "Castilla miserable, ayer dominadora, / envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora", así como por propagar una visión lúgubre y negra en sus versos de los campos duerinos.

¡Basta ya! Por ser castellanos, ¿a quién debemos pedir perdón?

Fernando Martínez Larrañaga es un excelente heraldista que nos explica, en El Mundo 20/06/2014, el significado del nuevo guión del nuevo Rey. Así, dice: "El guión real  sobre el que se bordan las armas de Su Majestad, se modifica, es de damasco carmesí, volviendo al tradicional color histórico. Sólo a partir de 1833 se convirtió en morado y, más tarde en azul, color utilizado por Don Juan Carlos I". Parecería un guiño a Castilla si no fuera por los autores seleccionados para el discurso de proclamación. Si ha elegido el  damasco carmesí para su guión/pendón personal, no es por un guiño a Castilla, como algunos castellanistas han creído ver, sino por ser el más tradicional color de la monarquía hispánica pues tanto la castellana como la navarra, e incluso la aragonesa (cuyo color de fondo también es el rojo de gules al que se le sobreponen  barras de oro) utilizan el rojo de gules o carmesí. El abandono del yugo y las flechas, símbolos respectivos de Ysabel y Fernando (ver iniciales) así como de las Aspas o Cruz de San Andrés (primera bandera oficial de España) si me parece infinitamente más significativo: son símbolos históricos de unión que la indocumentada izquierda rechaza. Parece como si la monarquía quisiera republicanizarse, o más bien, congraciarse estúpidamente con quienes nunca la aceptarán. No estaría de más que el nuevo Rey apoyase la creación de unas CC.AA. que se ciñan a los territorios verdaderamente históricos y no a los disparates actuales. 
El Rey autonómico.

¿Observaron Vds. que por primera vez tenemos un Rey que no jura ni por España, sino “por las comunidades autónomas”, tóquense los pies, a las que pretende “respetar sus derechos”, ergo, es Rey de España o Rey de las autonomías?

¿Sus derechos, qué derechos? Majestad, voy a recordarle algo: la reunificación de Castilla, que es perfectamente constitucional, sigue siendo ninguneada, ni se toma en consideración, y Vd. no ha jurado los fueros de Castilla (que garantizaban entre otras cosas la integridad del reino, la unidad de Castilla), como debiera, aunque sea de forma simbólica, sino que ha jurado por los escombros autonómicos resultantes del troceamiento de la misma. Ese juramento no es válido. Mucho debiera vos temer por ello dado que “sea el Rey tenido por soberano de Castilla tras la jura de los fueros, et si non los jurare, non sea tenido por Rey ni obedesçido por castellanos”.

Majestad, tanto adular a la carcunda neo-carlista-caciquil separatista de las CCAA histéricas, que no históricas, tan malolientemente anti-castellanas ellas en sus procesos de invención nacional, no soluciona nada. Antes al contrario, les envalentona y provoca que hayamos llegado todos al paroxismo, a la exaltación extrema de afectos y pasiones, a la desafección hispánica generalizada, al hasta aquí hemos llegado. Los castellanos nos sentimos permanentemente escupidos y agraviados por los peris. Y Vd. les ha dado correa en su discurso. Mucho me temo que la institución ha perdido el sentido de la ubicuidad (ser y estar en todas partes por igual) así como la perspectiva histórica, y con ella el norte y la razón de ser de su corona, y eso, unido a que el signo de los tiempos no favorece a la institución monárquica, acabará siendo letal. Recuerde aquello que alguien dijo y muchos pensamos: “los españoles somos monárquicos… hasta Felipe II; después, ni uno más”. Argumentalmente desnudo y sin brújula, ¿a dónde va el Rey?

El Rey asimétrico

¿Es posible tener dos títulos de Rey a la vez en el reino? El Campechano, ya lo dejó claro: conserva el título, el tratamiento de Majestad y la residencia. Es de suponer que el sueldo también, claro. En una República, ¿pagaríamos a dos presidentes, tendrían sueldo sus consortes? Pues todavía hay quien se cree que la monarquía es barata. Ahora, el título de Rey ya no se hereda al morir, no es único; ahora se desdobla, ergo no tenemos un Rey sino dos (cuatro con los consortes). Hacen lo que les rota. ¿No querían Monarquía? pues toma dos tazas. Monarquía desdoblada o asimétrica, con Rey de primera y de vía lenta. Si hay tipos y clases de españoles, por qué no de reyes. La nueva España naciente es así, asimétrica. O eso pretenden.

Y mientras, el cronómetro del órdago secesionista catalán corriendo. Sea cual sea el resultado, habrá turbulencias que alcanzarán la Constitución. Y como se abra el melón constitucional, probablemente en la dirección de crear un Estado federal asimétrico (dos conceptos antagónicos), con varias clases y categorías de españoles, la monarquía no contará ya con apoyo político y popular suficiente ni protección.

Todo parece indicar que si hay cesiones a Cataluña éstas serán en forma de asimetrías. Un catalán no está contento si no es diferente, si no se siente singular, asimétrico, si no come en mejor plato. A ellos lo que realmente les pone es el café para tres, no la ruinosa independencia. El resto, servimos el café. Un catalán es feliz si castellanos y asturianos no tienen la autonomía que si reclaman para sí, si lo suyo es de ellos y lo nuestro de todos. Es un inmenso error aceptar las desigualdades entre españoles, negociar componendas, cosa que ya sucede con vascos y navarros y su derecho a parasitar fiscalmente al resto de españoles, los restospañoles. Ante eso, el resultado será una tremenda desafección hacia España por parte de los que hasta ahora se mantenían leales al proyecto común, de quienes hacemos de esqueleto. Mucho me temo que el Estado optará por la bajada de pantalones y la humillación a Restospaña antes que la ruptura. Craso error. Es cuestión de tiempo, basta esperar a que vuelva el ambiguo, pusilánime y equidistante PSOE. Anticipo mi postura: o juntos e iguales (que despotriquen lo que quieran) o antes rota que asimétrica. Si se confirman nuevos privilegios, asimetrías, desigualdades, singularidades o cualquier otro eufemismo que quieran acuñar, se acabó España. Ni tricolores ni rojigualdas, cuarteladas y punto. Y quede bien claro que en primera opción prefiero sin dudarlo unidad e igualdad.