Por Javier Martínez
¿Qué es el cupo vasco y porqué es un expolio económico para el resto de España?
Según el salmantino Roberto Centeno, catedrático de Economía de la Escuela de Minas de Madrid (ver Cotizalia.com el 21/02/2011), ‘el cupo vasco consiste básicamente en gestionar autónomamente su Hacienda Pública como si fuera un Estado soberano, solo que infinitamente mejor, porque además dispone de todo un país [España] para expoliar sin contemplaciones, algo que no existe en ningún otro lugar del planeta. Recaudan sus impuestos, los correspondientes a las ventas y negocios de las empresas radicadas en su territorio y fuera de él, ponen sus propios tributos y financian con ello una autonomía de lujo’. Lo han leído bien, recaudan fuera de su territorio, caso único en el mundo. Esto significa que los castellanos, entre otros españoles, o ‘restospañoles’, estamos haciendo el primo, estamos pagando impuestos a un territorio ajeno que además nos es hostil (incluso con coche bomba de vez en cuando) y aspira, sin disimularlo, a traicionarnos, eso sí, previa anexión de tierras castellanas como Treviño y Villaverde de Trucios. ¿No es esto hacer el primo por partida doble?
‘Se trata de un privilegio económico gigantesco originado en las guerras civiles del siglo XIX, que inexplicablemente se conserva exponencialmente aumentado en el XXI. Después de la Guerra Civil, Franco suprimió este privilegio en Vizcaya y en Guipúzcoa, pero lo mantuvo en Álava y Navarra. En 1979, el entonces Ministro de Hacienda, Paco Fernández Ordoñez (UCD) decidió suprimir este increíble privilegio, pero la oposición frontal -un auténtico disparate histórico- de los diputados de UCD, Mayor Oreja y Rodríguez Sahagún, cabezas de lista en Guipúzcoa y Vizcaya, respectivamente, provocó un fuerte enfrentamiento con Ordóñez que fue zanjado por Suarez, con una visión increíblemente cortoplacista y una falta absoluta de sentido del Estado, a favor de los dos últimos, logrando finalmente que en lugar de suprimirse se restableciera en Vizcaya y Guipúzcoa’. Como puede verse el privilegio económico perdura desde el XIX, ‘justificado’ en sus fueros, y ha saltado ya por tres siglos (salvo un período corto de tiempo). Nótese también quienes son los responsables de que el privilegio continúe, no fueron solamente las presiones nacionalistas periféricas deseosas de privilegios y superioridad, fueron políticos constitucionalistas, alguno de ellos, como Suárez, castellano ¿No tuvimos en Castilla más y mejores fueros, muchísimo más antiguos que el siglo XIX?, ¿quién era el reino y quién el señorío? El concierto económico, o cupos vasco y navarro, no es más que un peaje injustificado, un privilegio, un simple y puro agravio. Es un expolio consentido por nosotros mismos, puesto que en justicia no podemos echarles la culpa de todo a ellos. Cabe preguntarse ¿y a cambio de qué, por qué sucede esto, nos ganaron en una guerra y hemos de pagar cual súbditos y país colonizado? El Estado, que debe velar por la igualdad de derechos, deberes y oportunidades de los españoles permite lo que se ha dado en llamar asimetrías, eufemismo de no igualdad, dándose la paradoja no solo de que lo ampara, incluso constitucionalmente, sino que contribuye a que las regiones pobres del país, financien a las ricas aumentando los desequilibrios territoriales. Y los castellanos gritando ¡viva España!, mientras los nazirulos secesionistas gritan ¡independencia! ¿Alguien lo entiende?
‘El cupo sirve en teoría para pagar aquellos gastos del Estado de carácter general que correspondería pagar al País Vasco y Navarra en función de su participación en el PIB, pero esto es la teoría, la realidad es completamente diferente. En la última revisión de 2002, y mediante toda una serie de cálculos tramposos, que Rato (PP) se tragó íntegros, el cupo se fijó en 1.035 millones, y 300 el navarro, en lugar de los 2.000 millones y 600 millones que hubieran correspondido si los cálculos se hubieran hecho correctamente. Pero ni uno ni otro reflejan ni de lejos la aportación que estas regiones tendrían que realizar si funcionaran por el régimen común de todas las demás. En concreto, a día de hoy, y descontando aquella parte que financia el gobierno vasco, y que no hubiese tenido que financiar si estuvieran en el régimen fiscal común, pagan la décima parte de lo que les correspondería, con lo cual el resto de los españoles financiamos una administración de lujo, con sueldos y medios de lujo, respecto al resto de regiones españolas, las diferencias de remuneraciones son tan escandalosas que pueden superar hasta el 50%’. Y vengan bollos, que paga el vecino tontilán, esto es, nosotros. Como puede verse, España no es otra cosa que una teta a la que exprimir, succionar mientras de leche y se deje. Esta, y no otra, es la razón por la que todavía no se han independizado, la teta todavía no está seca, cuando esto suceda ya veremos. ¿Entendemos ahora de una vez por todas, porqué un funcionario vasco o navarro cobra hasta un 50% más que uno castellano con una productividad similar? Trabajamos para ellos.
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Los 'residuos históricos', o 'privilegios históricos', son ahora llamados 'derechos históricos'. |
‘Pero es que el tema es mucho peor, pues a todo este cúmulo inaceptable de privilegios se añaden los impuestos pagados por las empresas con sede social en el País Vasco, y que derivan de los beneficios conseguidos no solo en el País Vasco, sino en toda España. Cuando las empresas son medianas o pequeñas, es decir, la inmensa mayoría, el dinero del IVA y de todos los demás impuestos se lo quedan íntegramente las Diputaciones Forales, es decir, el suyo y el nuestro; cuando son grandes empresas, caso del BBVA, Iberdrola, Fagor, Eroski, etc, pagan en teoría por la cifra relativa de negocios en el País Vasco y fuera de él, pero en la práctica las Diputaciones Forales, que son las que tienen los datos, se llevan la parte del león'. Es decir, que los castellanos, entre otros españoles, cuando compramos productos y servicios a empresas vasco-navarras en Castilla, no pagamos impuestos en y a instituciones de Castilla, como debiera ser, sino en Vasconia y Navarra, y aunque teóricamente ellos nos los devuelven (diferencia entre lo facturado dentro y fuera de sus territorios) no hay forma de saber cuánto era esa cifra, nos tenemos que fiar de las poco leales Diputaciones forales. ¿No es esto un insulto, un caso de colonialismo, no ya económico, sino institucional?, ¿porqué no tenemos una agencia de control, hemos de fiarnos de quién continuamente da muestras de no serlo?
El profesor Centeno prosigue: ‘Pero es que además hay numerosos impuestos de muy diverso tipo que corresponderían a la Hacienda española en un 80%, que es aproximadamente la cifra de negocio que las empresas y entidades financieras ubicadas en el País Vasco realizan fuera de él, que se quedan íntegras las haciendas forales, por ejemplo, la compra de Scottish Power [por Iberdrola] añadió a las arcas forales 100 millones de euros año, mientras que el resto de los españoles pasamos la mano por la pared’. Lo que no menciona el profesor, es que Iberdrola no es otra cosa que la fusión de la bilbaína Hidroeléctrica Española con la castellana Iberduero y cuya sede se puso, lógicamente, en ese paraíso fiscal chupasangre que es Vasconia, con lo que también nos quedamos en su día sin los impuestos que esta gran y estratégica empresa genera, además del centro de decisión.
El profesor Centeno prosigue: ‘Pero es que además hay numerosos impuestos de muy diverso tipo que corresponderían a la Hacienda española en un 80%, que es aproximadamente la cifra de negocio que las empresas y entidades financieras ubicadas en el País Vasco realizan fuera de él, que se quedan íntegras las haciendas forales, por ejemplo, la compra de Scottish Power [por Iberdrola] añadió a las arcas forales 100 millones de euros año, mientras que el resto de los españoles pasamos la mano por la pared’. Lo que no menciona el profesor, es que Iberdrola no es otra cosa que la fusión de la bilbaína Hidroeléctrica Española con la castellana Iberduero y cuya sede se puso, lógicamente, en ese paraíso fiscal chupasangre que es Vasconia, con lo que también nos quedamos en su día sin los impuestos que esta gran y estratégica empresa genera, además del centro de decisión.
No queda la cosa ahí. Los principales saltos de agua y centros de producción eléctrica están radicados en tierras y ríos castellanos, que pese a ser dominio público, no recibimos ni un euro por el agua y electricidad que generan (Duero, etc. algo que perdura y se agrava con el auge en el interior peninsular de las energías renovables, donde las dos sub mesetas somos los grandes productores hispanos… para beneficio de vascos, gracias al maldito privilegio foral) por lo que el expolio es cuádruple (recursos naturales expoliados, impuestos de sociedades evadidos a otro territorio, impuestos de ventas, IVA, ocultado y ‘perdido’ en otro territorio y los citados impuestos varios por compras en el extranjero, íntegramente saqueado). Si en la sub meseta meridional los ríos castellanos sirven para engorde de levantinos y murcianos, en la septentrional sucede lo propio con los vascos que se llevan no solo el agua ‘a perpetuidad’ para Bilbao (ver aquí cómo dos dictadores entregaron a los vascos el agua de las merindades castellanas) sino los beneficios de la electricidad. Así pues, el expolio fiscal no es el único que padecemos, también sufrimos el hídrico, el eléctrico y el empresarial.
Si los ríos son castellanos (y públicos), el agua por tanto también, y la electricidad que generan aquí en buena lógica también lo es, ¿cómo es posible que no nos paguen a nosotros por la luz los peris?, ¿cómo es posible que encima seamos nosotros los que paguemos a otros territorios? sucede que las sedes de las empresas eléctricas, donde se crea el trabajo, se pagan impuestos y se quedan los beneficios están en Bilbao o Barcelona, donde además se tiene o se aspira a tener, un régimen fiscal distinto claramente expoliador. ¿No es hora de darnos cuenta? es como si nuestros ríos fuesen de ellos, nos saquean nuestros recursos. Estamos pagándoles por nuestra propia electricidad, estamos dejando de cobrar por nuestra propia electricidad. Incluso teniendo un régimen fiscal común para toda España no es aceptable la situación.
¿Ven ahora porqué deseo que la madrileña ACS compre Iberdrola y traiga la sede a Castilla? (Por desgracia, ACS, cuando compra una empresa, suele mantenerla independiente jurídicamente como filial y no suele cambiar la sede, cosa contraria a lo que hacen vascos y catalanes, es decir, ACS no actúa como 'empresa castellanista' sino solo como empresa) Para terminar con toda esta injusticia que España permite desde su misma Constitución al incluir un régimen fiscal diferente para según qué españoles. Otro día hablaremos de otras empresas castellanas, generalmente estratégicas y con fuerte capacidad tractora sobre la economía, o instituciones radicadas aquí (caso de la Comisión de las Telecomunicaciones) entregadas, o forzadas a fusionarse, con más o menos resistencia, por gobiernos españoles (tanto del PSOE como del PP) a vascos, pero sobre todo catalanes, a cambio de apoyos políticos (Endesa, a la que Pascual Maragall llegó a calificar como ‘medio Estatut’, Terra, Gas Madrid, Unión Eléctrica Madrileña Fenosa,…) o de empresas que ya desde su proyecto fundacional fueron convenientemente ‘invitadas’ a elegir sede en una ciudad concreta (Barcelona) desde la política (La Sexta TV, Click Air…) incluso teniendo capital mayoritario o 100% castellano (cosa que hacen para conseguir la imprescindible licencia político-administrativa) y eso por no hablar de leyes comerciales ‘antiCorteInglés’ o zancadillas hasta el cierre de filiales de empresas castellanas (como Pascual), o la entrada, por indicación política, de La Caixa en empresas clave castellanas como Telefónica, Repsol, etc. no para sumar, necesariamente, sino para defender a alguna filial menor ‘catalana’ en apuros. Cada vez que el inquilino de la Moncloa necesita apoyos, Castilla, como se ve, de una forma o de otra, siempre paga, somos moneda de cambio barata. Y lo peor es que no faltan tontilanes en la meseta que creen aún ‘en el mayor carácter emprendedor’ de los peris, esa gente que sin haber sido nada en la historia, o muy poquito, lo son todo medrando en el que todavía es su país, a nuestra costa, eso sí, y con nuestro permiso, por ese maldito defecto que tenemos los castellanos de pensar siempre más en el conjunto español, en un tiempo en el que nadie más de ese conjunto lo hace ya, que en nosotros mismos. No se puede ser tan desprendido ni tan ingenuo. No es un error pensar en la casa común, al contrario, es un claro acierto, el error es hacerlo en solitario. ¿Qué sentido tiene hacerlo si nadie más lo hace? En la calle pueden oírse ya expresiones hace poco impensables como ‘que se marchen ya’, ‘a qué esperan’, etc. señal inequívoca de que algo está cambiando pese a que los políticos no quieren enterarse. Hasta el mismísimo Jordi Pujol reconoce abiertamente que el rechazo y la imagen de Cataluña en Restospaña ha empeorado… y sorprende que hasta parece preocupado ¿teme que se acabe la teta o que todos se apunten a succionar? Más bien lo segundo, piensa que tocaría a menos, o simplemente que no podrían, por inviable, como quieren desde hace tiempo, apuntarse al sistema del cupo. Por eso abiertamente no quieren autonomías para todos, no quieren el 'café para todos' (y no faltan declaraciones de Durán Lleida, Oriol Pujol, etc. pidiendo poner fin al sistema autonómico para todos, nosotros somos Restospaña a secas, y punto, nos vienen a decir), pero sí para ellos, porque la autonomía para todos significa un freno a sus aspiraciones succionadoras ya que, inevitablemente, si ellos quieren cupo, el resto automáticamente lo pide y eso es inviable y lo saben. Por desgracia, esas expresiones comentadas, creo que se trata más del hartazgo al victimismo llorica y al chantaje permanente que la gente siente, que al descubrimiento por parte castellana de que somos los perdedores, los expoliados, los paganos y que hay que revertir la inaceptable situación.
Los catalanistas de todo pelaje, pero principalmente CiU, parecen haber advertido el negocio vasco-navarro y no quieren quedarse atrás. Así, Jordi Pujol, que no es precisamente un españolista, y menos aún pan castellanista, ex presidente de la Generalidad, en entrevista concedida a Valentí Puig en ABC el 15/01/2006, tras expresar un ambiguo “Cataluña es España, pero a su manera” (que es como decir sí, pero no), declara, a propósito de una pregunta sobre el cambio conseguido en España: “hay un gran progreso en las regiones con subdesarrollo. En varias de ellas ya no se puede en absoluto hablar de subdesarrollo. El cambio ha sido espectacular. ¿Gracias a qué y a quién? Pues, gracias a la política del Estado, gracias a las autonomías y gracias a la gente de estas regiones. Pero todo ello enormemente estimulado por los fondos europeos estructurales y de cohesión y por la contribución procedente de algunas autonomías con renta y PIB altos, con excepción de las forales”. Y no le falta razón. Implícitamente ha reconocido, en su final, “con excepción de las forales”, que hay quién no arrima el hombro y quién tiene una situación de privilegio. Lo lamentable es que no aspira a corregir esa situación de injusticia eliminando el privilegio que al resto, Cataluña incluida por estar (al menos de momento) en el régimen común, perjudica, sino que quiere que Cataluña pase a equipararse a Vascongadas y Navarra uniéndose a quienes chupan de la teta. “En el caso de Cataluña el déficit fiscal ha llegado a ser muy alto. Llega a frenar el desarrollo económico y también social de Cataluña. Esto es lo que, por diversos motivos, se ha exacerbado durante los últimos años. Y ahora es insostenible” continua don Jorge Polluelo, traducción literal castellana del ex presidente regional. Tampoco en esto último le falta razón, las regiones ricas de régimen común, por soportar más carga de la que debieran, por soportar ‘más solidaridad’, ven frenado su desarrollo, y más cierto será si todas las ricas se apuntan a la fiesta foral. Pero ojo porque culpar del freno, caso de ser cierto, a la ‘solidaridad interregional’, es cuando menos tramposo, no es toda la verdad. Así, Madrid, la que con diferencia más aporta, no le impide ser también la que más crece (ver informe ‘Las balanzas fiscales de las CCAA con la administración central 1991-2005 del BBVA’). Y todo ello hablando, exclusivamente, de las balanzas fiscales, de las balanzas comerciales, lógicamente se las callan, por lo beneficiosas que les resultan, ya que en ese ámbito, como en el de los flujos ahorro-inversión, resulta que seguir siendo español es altamente rentable. Es hora de advertir ya, en qué consiste ser nacionalista periférico. Su 'manera de ser español' consiste en aplicar la máxima 'lo mío es mío y lo vuestro, de todos los españoles'. Y mis compatriotas castellanos, mientras tanto, en su gran mayoría, mirando al cielo, incluso no falta el merluzo de turno, que con atrevida ignorancia, llega a posicionarse a favor de las tesis peris porque no alcanza a ver más que una simple territorialización de la recaudación.
Todo esto me hace recordar que los castellanos podríamos volver a la situación de los siglos XVI y XVII, donde éramos los únicos que pagábamos impuestos (entre un 500 y 800% más) y aportábamos soldados, incluso a las guerras de la Corona de Aragón, y que es la principal causa de nuestra posterior decadencia, a decir de no pocos historiadores y economistas, situación magistralmente descrita por Quevedo en su famosa frase: "En Navarra y Aragón, no hay quien tribute un real; Cataluña y Portugal, son de la misma opinión, sólo Castilla y León, y el noble pueblo andaluz, llevan a cuesta la cruz. Católica Majestad, ten de nosotros piedad, pues no te sirven los otros, así como nosotros.". Más leales que nadie, más apaleados que nadie ¿porqué no nos rebelamos de una vez?
Si los ríos son castellanos (y públicos), el agua por tanto también, y la electricidad que generan aquí en buena lógica también lo es, ¿cómo es posible que no nos paguen a nosotros por la luz los peris?, ¿cómo es posible que encima seamos nosotros los que paguemos a otros territorios? sucede que las sedes de las empresas eléctricas, donde se crea el trabajo, se pagan impuestos y se quedan los beneficios están en Bilbao o Barcelona, donde además se tiene o se aspira a tener, un régimen fiscal distinto claramente expoliador. ¿No es hora de darnos cuenta? es como si nuestros ríos fuesen de ellos, nos saquean nuestros recursos. Estamos pagándoles por nuestra propia electricidad, estamos dejando de cobrar por nuestra propia electricidad. Incluso teniendo un régimen fiscal común para toda España no es aceptable la situación.
¿Ven ahora porqué deseo que la madrileña ACS compre Iberdrola y traiga la sede a Castilla? (Por desgracia, ACS, cuando compra una empresa, suele mantenerla independiente jurídicamente como filial y no suele cambiar la sede, cosa contraria a lo que hacen vascos y catalanes, es decir, ACS no actúa como 'empresa castellanista' sino solo como empresa) Para terminar con toda esta injusticia que España permite desde su misma Constitución al incluir un régimen fiscal diferente para según qué españoles. Otro día hablaremos de otras empresas castellanas, generalmente estratégicas y con fuerte capacidad tractora sobre la economía, o instituciones radicadas aquí (caso de la Comisión de las Telecomunicaciones) entregadas, o forzadas a fusionarse, con más o menos resistencia, por gobiernos españoles (tanto del PSOE como del PP) a vascos, pero sobre todo catalanes, a cambio de apoyos políticos (Endesa, a la que Pascual Maragall llegó a calificar como ‘medio Estatut’, Terra, Gas Madrid, Unión Eléctrica Madrileña Fenosa,…) o de empresas que ya desde su proyecto fundacional fueron convenientemente ‘invitadas’ a elegir sede en una ciudad concreta (Barcelona) desde la política (La Sexta TV, Click Air…) incluso teniendo capital mayoritario o 100% castellano (cosa que hacen para conseguir la imprescindible licencia político-administrativa) y eso por no hablar de leyes comerciales ‘antiCorteInglés’ o zancadillas hasta el cierre de filiales de empresas castellanas (como Pascual), o la entrada, por indicación política, de La Caixa en empresas clave castellanas como Telefónica, Repsol, etc. no para sumar, necesariamente, sino para defender a alguna filial menor ‘catalana’ en apuros. Cada vez que el inquilino de la Moncloa necesita apoyos, Castilla, como se ve, de una forma o de otra, siempre paga, somos moneda de cambio barata. Y lo peor es que no faltan tontilanes en la meseta que creen aún ‘en el mayor carácter emprendedor’ de los peris, esa gente que sin haber sido nada en la historia, o muy poquito, lo son todo medrando en el que todavía es su país, a nuestra costa, eso sí, y con nuestro permiso, por ese maldito defecto que tenemos los castellanos de pensar siempre más en el conjunto español, en un tiempo en el que nadie más de ese conjunto lo hace ya, que en nosotros mismos. No se puede ser tan desprendido ni tan ingenuo. No es un error pensar en la casa común, al contrario, es un claro acierto, el error es hacerlo en solitario. ¿Qué sentido tiene hacerlo si nadie más lo hace? En la calle pueden oírse ya expresiones hace poco impensables como ‘que se marchen ya’, ‘a qué esperan’, etc. señal inequívoca de que algo está cambiando pese a que los políticos no quieren enterarse. Hasta el mismísimo Jordi Pujol reconoce abiertamente que el rechazo y la imagen de Cataluña en Restospaña ha empeorado… y sorprende que hasta parece preocupado ¿teme que se acabe la teta o que todos se apunten a succionar? Más bien lo segundo, piensa que tocaría a menos, o simplemente que no podrían, por inviable, como quieren desde hace tiempo, apuntarse al sistema del cupo. Por eso abiertamente no quieren autonomías para todos, no quieren el 'café para todos' (y no faltan declaraciones de Durán Lleida, Oriol Pujol, etc. pidiendo poner fin al sistema autonómico para todos, nosotros somos Restospaña a secas, y punto, nos vienen a decir), pero sí para ellos, porque la autonomía para todos significa un freno a sus aspiraciones succionadoras ya que, inevitablemente, si ellos quieren cupo, el resto automáticamente lo pide y eso es inviable y lo saben. Por desgracia, esas expresiones comentadas, creo que se trata más del hartazgo al victimismo llorica y al chantaje permanente que la gente siente, que al descubrimiento por parte castellana de que somos los perdedores, los expoliados, los paganos y que hay que revertir la inaceptable situación.
Los catalanistas de todo pelaje, pero principalmente CiU, parecen haber advertido el negocio vasco-navarro y no quieren quedarse atrás. Así, Jordi Pujol, que no es precisamente un españolista, y menos aún pan castellanista, ex presidente de la Generalidad, en entrevista concedida a Valentí Puig en ABC el 15/01/2006, tras expresar un ambiguo “Cataluña es España, pero a su manera” (que es como decir sí, pero no), declara, a propósito de una pregunta sobre el cambio conseguido en España: “hay un gran progreso en las regiones con subdesarrollo. En varias de ellas ya no se puede en absoluto hablar de subdesarrollo. El cambio ha sido espectacular. ¿Gracias a qué y a quién? Pues, gracias a la política del Estado, gracias a las autonomías y gracias a la gente de estas regiones. Pero todo ello enormemente estimulado por los fondos europeos estructurales y de cohesión y por la contribución procedente de algunas autonomías con renta y PIB altos, con excepción de las forales”. Y no le falta razón. Implícitamente ha reconocido, en su final, “con excepción de las forales”, que hay quién no arrima el hombro y quién tiene una situación de privilegio. Lo lamentable es que no aspira a corregir esa situación de injusticia eliminando el privilegio que al resto, Cataluña incluida por estar (al menos de momento) en el régimen común, perjudica, sino que quiere que Cataluña pase a equipararse a Vascongadas y Navarra uniéndose a quienes chupan de la teta. “En el caso de Cataluña el déficit fiscal ha llegado a ser muy alto. Llega a frenar el desarrollo económico y también social de Cataluña. Esto es lo que, por diversos motivos, se ha exacerbado durante los últimos años. Y ahora es insostenible” continua don Jorge Polluelo, traducción literal castellana del ex presidente regional. Tampoco en esto último le falta razón, las regiones ricas de régimen común, por soportar más carga de la que debieran, por soportar ‘más solidaridad’, ven frenado su desarrollo, y más cierto será si todas las ricas se apuntan a la fiesta foral. Pero ojo porque culpar del freno, caso de ser cierto, a la ‘solidaridad interregional’, es cuando menos tramposo, no es toda la verdad. Así, Madrid, la que con diferencia más aporta, no le impide ser también la que más crece (ver informe ‘Las balanzas fiscales de las CCAA con la administración central 1991-2005 del BBVA’). Y todo ello hablando, exclusivamente, de las balanzas fiscales, de las balanzas comerciales, lógicamente se las callan, por lo beneficiosas que les resultan, ya que en ese ámbito, como en el de los flujos ahorro-inversión, resulta que seguir siendo español es altamente rentable. Es hora de advertir ya, en qué consiste ser nacionalista periférico. Su 'manera de ser español' consiste en aplicar la máxima 'lo mío es mío y lo vuestro, de todos los españoles'. Y mis compatriotas castellanos, mientras tanto, en su gran mayoría, mirando al cielo, incluso no falta el merluzo de turno, que con atrevida ignorancia, llega a posicionarse a favor de las tesis peris porque no alcanza a ver más que una simple territorialización de la recaudación.
Todo esto me hace recordar que los castellanos podríamos volver a la situación de los siglos XVI y XVII, donde éramos los únicos que pagábamos impuestos (entre un 500 y 800% más) y aportábamos soldados, incluso a las guerras de la Corona de Aragón, y que es la principal causa de nuestra posterior decadencia, a decir de no pocos historiadores y economistas, situación magistralmente descrita por Quevedo en su famosa frase: "En Navarra y Aragón, no hay quien tribute un real; Cataluña y Portugal, son de la misma opinión, sólo Castilla y León, y el noble pueblo andaluz, llevan a cuesta la cruz. Católica Majestad, ten de nosotros piedad, pues no te sirven los otros, así como nosotros.". Más leales que nadie, más apaleados que nadie ¿porqué no nos rebelamos de una vez?
¿Qué pasaría si el régimen fiscal vasco se extendiera a Cataluña?
‘El nacionalista Artur Mas, [Arturo cuando abre cuentas en Suiza, no lo olvidemos, como se publicó antes de las elecciones catalanas que ganó, sin que el dato importase a la ciudadanía de aquella región] dentro de su estrategia soberanista y anexionista, con un desprecio absoluto hacia España y su Constitución, y sabiendo que un referéndum independentista lo perdería [como la propia CiU reconoce], ha decidido algo mucho mejor que la independencia, convocar un ‘referéndum’ para la implantación en Cataluña de un sistema de cupo similar al del País Vasco y Navarra, a pesar de haberle sido expresamente prohibido por el Tribunal Constitucional. Con independencia de que en cualquier país civilizado, una rebelión de este tipo no sería tolerada y en caso de ir adelante, el Sr. Mas y quienes las convocaran irían directamente a la cárcel, y la autonomía de Cataluña suprimida, como fue suprimida la del Ulster, y no pasó absolutamente nada, desde un punto de vista estrictamente económico la propuesta no se sostiene. Se trataría de un expolio similar al del País Vasco pero multiplicado por tres, dado el tamaño de la economía catalana, donde Cataluña pasaría a aportar al resto de España la décima parte de lo que aporta actualmente'. Como puede deducirse, alguien tendrá que pagar el diferencial no aportado para sostener las cosas comunes y ese alguien seremos los castellanos, junto con algún otro desinformado ‘restospañol’ más que quede. ¿Aceptaremos el papel de paganini de nuevo? Si por la UCD, luego PP, fuese, ya vimos que sí, pero ¿y si dependiera del PSOE, la otra cara de la moneda PPSOE? Unas líneas más y saldremos de dudas.
‘Si todas las regiones españolas funcionaran por el sistema de cupo, [es decir, si todos pagásemos conforme a cómo lo hacen vascos y navarros] la Hacienda española perdería el 78% de sus ingresos y sería imposible financiar las Fuerzas Armadas, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, las Instituciones, el Servicio Exterior, el pago de los intereses y la amortización de la Deuda Pública, el pago a las Clases Pasivas y los pagos debidos a la Unión Europea, es decir, pura y simplemente España desaparecería como nación, en línea con la opinión de Zapatero, para quien España es ‘algo discutido y discutible’’. El dato del 78% es escalofriante y revela hasta qué punto soportamos en nuestras espaldas una injusticia fiscal brutal, no solo pagamos lo que nos toca, sino lo que otros dejan de pagar. Es aquí cuando inevitablemente me acuerdo de esos paisanos míos, castellanos de Cuenca y de cualquier parte, que dicen con la alegría del bobo ignorante, ¡hacen bien!, ¡defienden lo suyo! No defienden lo suyo, roban lo nuestro, y lo hacen con la aquiescencia del Estado común, no lo olvidemos, que lo envuelve de legalidad. Por eso cuando alguien todavía se cree eso de que ‘Castilla hizo a España’, cosa que personalmente creo es menos cierto de lo que suele afirmarse, se me ponen los pelos como escarpias de la rabia. No sé en otro tiempo lejano si fue así, pero hoy, España es un país hecho por y para la periferia en lo esencial, en su arquitectura administrativa y jurídica, en su ley electoral, en la planificación radial de infraestructuras de todo tipo, incluidos los acueductos de expolio de agua, en su régimen fiscal, en su trato lingüístico… todo en función de los peris.
‘No sé qué hará Zapatero respecto a la rebelión abierta de Más, pero habida cuenta de que se han fumado un puro con la Constitución y con el Estado de Derecho siempre que les ha convenido, puede suceder cualquier cosa, y aunque la aceptación por un Presidente de Gobierno de España de un hecho prohibido por el Constitucional, que pone en peligro cierto la existencia misma de España como nación, es un acto inequívoco de alta traición, creo que Zapatero hará, como siempre, lo que crea que le favorece más políticamente, porque España y los españoles le importamos un pimiento. Y ¿qué ocurre si lo acepta?’
Un servidor opina como Centeno, al leonés Zapatero, pero ojo, no solo a él, le importamos un pimiento, al PPSOE solo le importa mantenerse en el macho, conseguir mayorías parlamentarias suficientes para seguir, y eso solo lo pueden conseguir vendiéndonos al resto, castellanos o no, los llamados ‘restospañoles’, ya sea en este tema, en el de las infraestructuras (ver el escándalo de cómo el PSOE tumba poco a poco el corredor central ferroviario de mercancías para apostar por el mediterráneo), en el de los trasvases de agua, etc. Ser fiel a España, cuesta y duele reconocerlo, es un mal negocio, serle infiel y hostil, es altamente rentable. El aspirante de turno a inquilino de la Moncloa siempre paga a traidores, esto no es Roma,…con dinero ajeno. Es el maquiavélico final en que se traduce una ley electoral injusta que favorece a partidos pequeños claramente anti españoles (y sobre todo, anti castellanos, no lo olvidemos) y abiertamente insolidarios con el resto, por lo que la conclusión es clara: o cambiamos la ley electoral y aceptamos aquello de un hombre un voto, o nos hacemos todos nacionalistas, y que pase lo que Dios quiera, pero no podemos seguir haciendo el primo. Un servidor no está por la labor. Dicho en otros términos más amables, o fueros para todos, o para ninguno. Ahora pensemos qué es mejor.
Un servidor opina como Centeno, al leonés Zapatero, pero ojo, no solo a él, le importamos un pimiento, al PPSOE solo le importa mantenerse en el macho, conseguir mayorías parlamentarias suficientes para seguir, y eso solo lo pueden conseguir vendiéndonos al resto, castellanos o no, los llamados ‘restospañoles’, ya sea en este tema, en el de las infraestructuras (ver el escándalo de cómo el PSOE tumba poco a poco el corredor central ferroviario de mercancías para apostar por el mediterráneo), en el de los trasvases de agua, etc. Ser fiel a España, cuesta y duele reconocerlo, es un mal negocio, serle infiel y hostil, es altamente rentable. El aspirante de turno a inquilino de la Moncloa siempre paga a traidores, esto no es Roma,…con dinero ajeno. Es el maquiavélico final en que se traduce una ley electoral injusta que favorece a partidos pequeños claramente anti españoles (y sobre todo, anti castellanos, no lo olvidemos) y abiertamente insolidarios con el resto, por lo que la conclusión es clara: o cambiamos la ley electoral y aceptamos aquello de un hombre un voto, o nos hacemos todos nacionalistas, y que pase lo que Dios quiera, pero no podemos seguir haciendo el primo. Un servidor no está por la labor. Dicho en otros términos más amables, o fueros para todos, o para ninguno. Ahora pensemos qué es mejor.
Continuemos: ‘Si lo acepta, y aunque la realidad sería por supuesto más compleja, el dibujo aproximado de la situación sería el siguiente: dado que el PIB de Cataluña es tres veces el del País Vasco, Más pedirá lógicamente un pago al Estado español del orden de los 3.000 millones de euros por año. Y teniendo en cuenta que los ingresos impositivos totales y la parte de Cataluña en los mismos proporcional a su PIB, estaríamos hablando de unos 27.000 millones de euros, de los que habría que deducir la parte de gastos que entonces tendría que financiar el gobierno catalán y que ahora financia el Estado, estaríamos hablando de unos 23.000 millones, con lo que el agujero primario que la extensión del cupo a Cataluña supondría para el Estado sería de unos 20.000 millones’ añade Centeno. ‘Luego vendría el agujero derivado más difícil de cuantificar, pero enorme. Cataluña vende en el resto de España del orden de los dos tercios de los bienes y servicios producidos en la región. Para las grandes empresas el criterio de repartir los ingresos impositivos generados por sus actividades en función del lugar generado, funcionaría parcialmente, parcialmente porque solo la hacienda catalana sabría de verdad donde han vendido qué, o a donde son imputables los beneficios obtenidos, a parte que habría numerosas partidas, como ocurre en el País Vasco con el BBVA, Iberdrola…, de las que se apropia directamente la hacienda local por estar ubicadas allí y tiro porque me toca'. Y si solo ellos saben dónde y a quién han vendido, pues ya tenemos a los estafados castellanos pagándole impuestos a una administración ajena de nuevo. Y si esto sucediera, como ya sucede con el concierto vasco y navarro, sería con el plácet del PPSOE, no lo olvidemos, y de nosotros mismos, por aceptar ciertas cláusulas de la Constitución (que se aprobó en una época, la poco santa Transición, donde además se consumó la división y ruptura de la Castilla nuclear en hasta cinco girones para su mayor debilidad política y económica y su mejor control y expolio), y votar a quienes nos desprecian ‘porque no somos ni nacionalidad histórica ni tenemos lengua propia ni fueros’ ni nada que se le parezca. Nuestra lengua debe ser ‘impropia’ y solo sirve para pagar más que nadie por lo que se ve.
‘Ahora consideren la infinidad de empresas medianas y pequeñas, responsables de la mayor parte de las ventas de productos catalanes fuera de Cataluña, que como ocurre en el País Vasco ingresaran todos sus IVAs, [impuesto de] sociedades…, en la hacienda local, mientras la Hacienda de España pasa la mano por la pared. Si los productos fueran franceses, ingleses o chinos, el IVA generado en España sería recaudado íntegro sin problemas por la hacienda española, pero en éste caso la experiencia demuestra que no es así. Por dar una cifra de orden, haciendo un paralelismo con el País Vasco, que sabemos cómo funciona en la práctica, la hacienda española dejaría de percibir no menos de 30.000 millones de euros, un agujero sencillamente inasumible. Con el cupo, los intereses de la deuda española a Cataluña le traería al pairo, igual que hoy al País Vasco, ‘no estamos para pagar pufos’ dicen con toda su cara, cuando ellos han contribuido como el que más; le traerían al pairo los pagos a la UE, las aportaciones al Servicio de Empleo, las clases pasivas...’
En resumen, lo que nos dicen es, las facturas para Castilla y demás Restospaña. El historiador y político Sánchez Albornoz fue profético: 'juntos, castellanos y leoneses, sobreviviremos, separados seremos piltrafas de Cataluña, Euscadi y Galicia' en su famosa carta a los castellanos (ver Por la Castilla total).
Y si aún no ha quedado suficientemente clara la caradura y cinismo de nuestros, a pesar de todo, paisanos peris, otro ejemplo más de hasta dónde quieren llegar (y quién sabe si el Gobierno de España aceptará). Resulta que (ver artículo de Emilio J. González, ex redactor de política económica de Expansión, hoy articulista en Libremercado.com '¿Avalar la deuda catalana? ni locos' , 29/06/2011) ‘la Generalidad de Cataluña anda asfixiada, [como prácticamente toda España], por el estado calamitoso de sus finanzas y no se les ha ocurrido otra cosa que proponer que el Estado avale las emisiones de deuda pública de las autonomías [visto que los mercados no se fían de ninguna (y puede que pronto tampoco del Estado)]. Tal y como están las cosas en términos institucionales en nuestro país, que el Estado avale la deuda catalana sería un error. La Generalidad y CiU llevan tiempo dando muestra tras muestra de deslealtad institucional y como, además, su vocación última es la independencia de Cataluña, ¿por qué los demás españoles les tienen que avalar un endeudamiento que luego una Cataluña independiente puede repudiar, pasando la responsabilidad del pago a lo que quede de España?’ Por si alguien no lo ha advertido, si se independizasen y dejasen de pagar, porque sí, nosotros, Restospaña, tendríamos la obligación de hacerlo, ¿conoce alguien mejor arma militar para destruir, que provocar la ruina total instantánea del contrario sin pegar un tiro?, ¿nos fiamos? El Estado no debe avalar a nadie, que cada cual ponga orden en sus cuentas y se saque las castañas del fuego.
Volviendo al artículo del profesor Centeno: “es evidente, que desde un punto de vista económico, al resto de los españoles le interesaría infinitamente más la independencia [de Cataluña] que el cupo, el cupo nos convierte pura y simplemente en una colonia tipo del XIX, dicho lo cual quiero dejar claro que yo estoy radicalmente en contra de darles la independencia, pues para eso es infinitamente más sencillo aplicar el artículo 155 y suprimir temporalmente la autonomía y no pasaría nada -independencia que en todo caso, exigiría convocar referéndum provincia a provincia, pues sería absolutamente inaceptable y antidemocrático, que unas provincias impusieran su criterio a otras, pero la que así lo decidiera que se fuera”.
Y si aún no ha quedado suficientemente clara la caradura y cinismo de nuestros, a pesar de todo, paisanos peris, otro ejemplo más de hasta dónde quieren llegar (y quién sabe si el Gobierno de España aceptará). Resulta que (ver artículo de Emilio J. González, ex redactor de política económica de Expansión, hoy articulista en Libremercado.com '¿Avalar la deuda catalana? ni locos' , 29/06/2011) ‘la Generalidad de Cataluña anda asfixiada, [como prácticamente toda España], por el estado calamitoso de sus finanzas y no se les ha ocurrido otra cosa que proponer que el Estado avale las emisiones de deuda pública de las autonomías [visto que los mercados no se fían de ninguna (y puede que pronto tampoco del Estado)]. Tal y como están las cosas en términos institucionales en nuestro país, que el Estado avale la deuda catalana sería un error. La Generalidad y CiU llevan tiempo dando muestra tras muestra de deslealtad institucional y como, además, su vocación última es la independencia de Cataluña, ¿por qué los demás españoles les tienen que avalar un endeudamiento que luego una Cataluña independiente puede repudiar, pasando la responsabilidad del pago a lo que quede de España?’ Por si alguien no lo ha advertido, si se independizasen y dejasen de pagar, porque sí, nosotros, Restospaña, tendríamos la obligación de hacerlo, ¿conoce alguien mejor arma militar para destruir, que provocar la ruina total instantánea del contrario sin pegar un tiro?, ¿nos fiamos? El Estado no debe avalar a nadie, que cada cual ponga orden en sus cuentas y se saque las castañas del fuego.
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Cartel en contra del Estatuto catalán de 1932, que nos convertía a los restospañoles, de facto, en una colonia catalana, en ciudadanos de segunda. La historia, como se ve, no es nueva, en 1932, incluso antes, como se denuncia en el conocido como 'Mensaje de Castilla' de 1918 (redactado tras frecuentes manifestaciones en Valladolid, Burgos,...) se advierte del intento de convertir fiscalmente a Restospaña en una colonia de Cataluña. Y es que el catalanismo (ideología que promueve desde sus orígenes la supremacía racial catalana sobre los castellanos) de todas las épocas tiene muy claro en qué consiste su manera de ser español: 'lo mío es mío, y lo vuestro de todos'. |
“Pero hay algo en que Más tiene toda la razón, ¿por qué el País Vasco y Navarra si y Cataluña no? Pues porque lo que hay que hacer es suprimir el cupo del País Vasco y Navarra, que es un robo legal inaceptable. Si a Más se le prohíbe el ‘referéndum’, es evidente que los cupos vasco y navarro no pueden mantenerse ni un día más. Ni el PSOE ni el PP están por la labor, solo UPyD lo propone”. Lo dicho, o ‘fueros’ para todos, cosa que se ha visto inviable pero que para los castellanos sería más justo, o para ninguno, como propone Centeno y UPyD. Esa es la encrucijada de la cual no sabemos salir, y nos sale caro. Si aceptamos el status actual, pagamos más, si vamos todos al cupo es inviable, y también pagamos. No queda otra, no al cupo. Como puede verse, no hace falta ser españolista para oponerse al cupo/aportación vasco/navarro, y a su extensión a Cataluña, basta con ser mínimamente castellanista (sin que ello suponga ser anti nada, ni anti español ni anti periferia), basta con no ser idiota, con tener un mínimo de dignidad.
Otro día, hablamos de las ‘vacaciones fiscales’ vascas, segundo expolio económico a Castilla y a otras regiones, y de la multa que Bruselas nos ha puesto a todos los españoles, y que también hemos pagado proporcionalmente, por permitirlas. Además de expoliados, multados.
P.D.: 23/12/2011. La compañía aérea valenciana de vuelos regionales perteneciente a la familia Serratosa, Air Nostrum, ha anunciado que estudia trasladar su sede desde Valencia a Bilbao. Aunque no se trate de una empresa castellana, sirve como ejemplo del expolio empresarial que los territorios del régimen común sufrimos a manos de los denominados forales (Vascongadas y Navarra) y que Cataluña aspira a tener (una hacienda propia y un pacto fiscal). Como se ve, el expolio empresarial no afecta solo a territorios limítrofes a esas dos regiones.