sábado, 9 de marzo de 2013

El Partido Castellano exige firmeza a la Junta en la nueva batalla por el control del río Júcar


Por su interés reproducimos el comunicado de prensa emitido por el PCAS el pasado 24 de febrero y reproducido por varios medios de comunicación:
CuencaNews, 24/02/3013.
La Agrupación Provincial en Cuenca del Partido Castellano (PCAS) exige firmeza e ideas claras a la presidenta Cospedal en el conflicto abierto por el control del río Júcar que vive estos días una encarnizada batalla entre las comunidades autónomas de Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana.
Tradicionalmente, pese a que es Castilla quién aporta la mayor superficie y caudal al río, son los valencianos quienes mandan y extraen beneficios económicos y políticos del mismo. Con la excusa de que el agua es de todos, la realidad es que se la quedan ellos y que no pagan un euro a Castilla por la misma. El nuevo Decreto de Demarcación Hidrográfica del Júcar así como el Plan Hidrológico de Cuenca que se negocia estos días, debe dejar claro de una vez por todas que ríos y cuencas hidrográficas son Júcar y cuáles no, debe cumplir escrupulosamente la sentencia del Tribunal Supremo de 2004, actuar en consecuencia y separar la gestión de todos los ríos independientes del Júcar. Entendemos que no hacerlo contribuye a perpetuar lesivamente los intereses del interior castellano (Cuenca y Albacete).
"Con la excusa de que el agua es de todos, la realidad es que se la quedan ellos y que no pagan un euro a Castilla por la misma"
Y es que a nadie se le escapa que tradicionalmente se han unido a la Confederación Hidrográfica del Júcar, ríos independientes del mismo, ríos que no son afluentes del mismo tanto por el norte (Castellón) como por el sur (Alicante), triplicando la superficie y la población de la misma de forma artificial por conveniencia política de la costa. El caso más clamoroso es el Turia, pero también el Palancia, el Cenia, etc. La razón que explica esto, a juicio del Partido Castellano (PCAS), es un intento de la costa de añadir territorios y población a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y poder así hacerse con el control político efectivo del río. Así, el lago de la Albufera (sito mayoritariamente en el término municipal de Valencia) es, según la propia confederación y la legislación valenciana, una cuenca hidrológica independiente tanto del Turia como del Júcar, pese a lo cual se incluye administrativamente en el Júcar no por casualidad ni de forma inocua. Por la ciudad de Valencia, además, discurre el Turia, que como todo niño sabe es independiente del Júcar.
Voces de Cuenca, 24/02/2013.
En el Partido Castellano (PCAS) exigimos igualmente a la Junta de Comunidades que denuncie y exija daños y perjuicios al Ministerio de Medio Ambiente por incumplir durante años la sentencia del Júcar emitida por el Tribunal Supremo en octubre de 2004 y por dedicarse a darle la vuelta a la situación, mediante informes ‘técnicos’ que interpretan torcidamente la ley para no asumir las consecuencias de su aplicación.
En el Partido Castellano (PCAS) creemos igualmente que ha llegado la hora de reclamar la gestión de todos nuestros ríos y de olvidarse del criterio nacional que solo favorece al vecino. No es de recibo que en la práctica, no podamos ni utilizar aquí ni vender el agua, solo dejar que corra y otros sí la utilicen. Que cada cual gestione su tramo y emplee sus recursos para su propio desarrollo económico y social. Esta opción es la más coherente con la de un Estado Federal no asimétrico real y auténtico al que se supone que vamos. Si a Portugal no le dejamos que gestione más que sus tramos de los ríos compartidos, no vemos por qué no hemos de hacer lo mismo por el Este. El criterio actual de solo ceder a las autonomías la gestión de aquellos ríos que solo trascurren por su territorio es claramente perjudicial para Castilla, por cuanto eso supone que sus ríos son de ellos y los nuestros (que obviamente todos acaban en el mar) son de todos, es decir, que los periféricos consiguen aplicar su vieja máxima de ‘lo mío es mío y lo vuestro de todos’, convirtiéndonos de facto en una colonia interior con permiso del Estado. Pero es que además, ese criterio ha sido violado, por ejemplo, en el Guadalquivir, donde la superficie de Extremadura y Castilla la Nueva, fue cedida a Andalucía por el gobierno de Zapatero.
"Ha llegado la hora de reclamar la gestión de todos nuestros ríos y de olvidarse del criterio nacional que solo favorece al vecino. Que cada cual gestione su tramo"
En el Partido Castellano (PCAS) entendemos que el marco jurídico-administrativo hidrográfico  actual es claramente injusto y perjudicial para los intereses de Castilla. Basta comprobar cómo los trasvases de agua, por cuanto no recibimos compensación económica efectiva real alguna (y si muchos perjuicios económicos en forma de valles expropiados, inundados y comarcas aisladas condenadas a la emigración), son un claro expolio auspiciado por el Estado para mayor gloria de la periferia. Consideramos que el actual modelo solo ha favorecido a la periferia, donde incluso se toleran miles de hectáreas de regadío ilegales, mientras aquí se ha prohibido de facto todo tipo de uso del agua.
La Tribuna de Albacete, 27/02/2013 también se hizo eco del comunicado tanto en su edición impresa como digital. En ésta última afirmó: "El Partido Castellano enarbola la bandera de la lucha del agua y en especial, la del agua del Júcar. Ayer sus integrantes pedían que todos los ayuntamientos de las provincias de Cuenca y Albacete que forman parte de la CHJ, boicoteen el convenio de Alarcón. Recordar que la Unidad Sindical de Usuarios del Júcar (USUJ), con sede en Valencia, usa dicho convenio como base legal para pedir que los municipios de la parte castellano-manchega del Júcar paguen un canon por usar el agua para abastecimiento humano, cuando el nivel baje de la curva de garantía que marca dicho convenio, firmado en 2001. El PCAS pide a los municipios albaceteños y conquenses del Júcar 'que sigan el ejemplo de Albacete' y se nieguen a pagar a la USUJ" 
En el Partido Castellano (PCAS) proponemos a la sociedad castellana aprovechar la ocasión que brinda la actual negociación y rediseño del Plan Hidrológico, exigir que se desempolven los planes de construcción de regadíos en La Manchuela conquense y albacetense, que en tiempos de Felipe González un ministro nacionalista valenciano de Agricultura (el señor Albero  acabó militando en un partido separatista ‘porque es lo que él siempre había sido’), enterró definitivamente. Los castellanistas exigimos además que dicha transformación en regadíos de tierras se financie con fondos del Estado, a cuenta de una deuda histórica pendiente con los castellanos, por todos los hectómetros cúbicos de agua que han sido trasvasados tanto del Tajo como del Júcar, durante décadas. Creemos que esa deuda es fácilmente cuantificable tomando como base las propias series estadísticas oficiales de las confederaciones del Tajo y Júcar.
"Exigir que se desempolven los planes de construcción de regadíos en La Manchuela conquense y albacetense"
El Partido Castellano (PCAS) exige al gobierno de Cospedal que no reconozca ni el actual plan del Júcar ni el convenio para la gestión del embalse de Alarcón y pide a todos los ayuntamientos conquenses y albacetenses (tal y como ya hace el ayuntamiento de Albacete), que se nieguen a pagar a los regantes valencianos por el suministro de aguas superficiales del río Júcar procedentes del pantano conquense. Solicitamos, además, que dicho pantano, ya amortizado, sea expropiado, pase a ser gestionado por la Junta de Comunidades y se ponga fin a décadas de política hidráulica franquista pro periferia.
Igualmente, en el Partido Castellano (PCAS) pedimos para Cuenca la sede de la nueva Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), hecho que entendemos nos corresponde por cuanto somos la única ciudad importante por la que discurre directamente el río, con el consiguiente traslado de funcionarios, empleo, rentas y poder administrativo, político y económico que eso supondría para nuestra ciudad.
"Pedimos para Cuenca la sede de la nueva Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ)"
Por último, en el Partido Castellano (PCAS) queremos alertar a la sociedad conquense de los riesgos geopolíticos y las consecuencias económicas para nuestra tierra que supone entregar sistemáticamente aquí el poder al PPSOE (lo ocurrido con las aguas del Júcar no es sino uno de tantos ejemplos), por cuanto este tiene hipotecas electorales más cuantiosas y atractivas que satisfacer fuera de Cuenca que dentro, y mucho nos tememos que acabarán dando prioridad a sus intereses electorales en otros sitios sobre los de Castilla en general y Cuenca en particular. Los castellanistas conquenses proponemos un proyecto político propio que piense globalmente en Castilla (apostando por la unidad e integración de todas las provincias castellanas de ambas submesetas en un mismo ente administrativo o CCAA), y actúe localmente en Cuenca (y todas y cada una de las provincias castellanas). Proponemos superar así tanto el estéril localismo e individualismo provincial (que jamás nos conducirá a nada) como la dilución nacional que por separado todas las provincias castellanas padecemos. Y todo porque entendemos que juntos, no solo recuperaremos el peso específico político y económico que nunca debimos perder en el contexto español, sino que  podremos superar el estado de postración, abandono, irrelevancia y ninguneo actual.
El obligado cumplimiento de la sentencia sobre el Júcar del Tribunal Superior de octubre de 2004, pone a Valencia nerviosa. El rumor difundido en enero de 2013 de que CLM podría conseguir el número de representantes en la Confederación del Júcar que por geografía y población real le corresponden (una vez aclarado en los tribunales que 'demarcación' y 'cuenca hidrográfica' es un truco administrativo), y que los regantes manchegos, por primera vez, dejarían de ser invitados (¡toma humillación!) para tener voz y voto como los valencianos, irrita en Valencia. Sus representantes políticos no disimulan, incluso con tono bravucón,  que quieren seguir pasándose por el arco del triunfo dicha sentencia, que obliga a separar las cuencas hidrográficas que son independientes del Júcar de este, lo que resta representantes valencianos en la CHJ y la pérdida de la mayoría que nunca debieron tener. Les cuesta digerir la geografía y perder privilegios. Así, Ximo Puig, secretario general del PSPV-PSOE (partido fuertemente independentista catalanista los días pares y españolista avergonzado los impares), o Esther López Barceló, diputada de EUPV (la IU de la Comunidad Valenciana) en las Cortes valencianas, pertenecientes ambos a organizaciones políticas fuertemente anticastellanas en temas lingüísticos e interpretación histórica, y que apoyan abiertamente el proyecto separatista catalanista de los Países Catalanes, no dudan sin embargo, en pedir seguir trincando gratis toda el agua que puedan a la malvada Castilla y en mandar obscenamente sobre los recursos del territorio de ésta. Es hora de enseñarles coherencia y nacionalismo del bueno, del justo, del justificado. (Foto: captura de El Periodic, 10/01/2013)
IU de la Comunidad Valenciana (EUPV), tampoco acepta la geografía ni el clima, también se opone a la separación de cuencas a que obliga la sentencia y apuesta porque los valencianos sigan mangoneando unas aguas que no son suyas. Superar la radialidad de las infraestructuras hidráulicas y la política franquista pro periferia no está en su agenda. Son 'antifranquistas' selectivos. En EUPV padecen, además, de incoherencia aguda crónica, enfermedad mental que cursa con altas dosis de cinismo e hipocresía fácilmente observable que consiste en defender un nacionalismo selectivo, según conviene. Nacionalistas separatistas confesos, rechazan que los vecinos puedan serlo en asuntos hídricos. Su forma de actuar puede resumirse en 'Independencia política para mí, sumisión y expolio hídrico para ti' (Foto: 20 Minutos, 10/01/2013)
El rumor de que podría hacerse justicia a los regantes castellanos causa pánico en la Comunidad Valenciana. Desde ésta región se rechaza que CLM gane peso político en la CHJ y que el interior esté representado en la gestión del río conforme a los criterios de separación de territorios hidráulicos independientes que solo en sentencia firme (aún sin ejecutar) nos son reconocidos. De salir adelante el nuevo Plan de Demarcación del Júcar, que debe ajustarse a la sentencia, el alicantino Vinalopó-Alacantí debe segregarse del Júcar y formar su propia cuenca intracomunitaria distinta de nueva creación. Temen que el mayor peso de los regantes castellanos de Albacete y Cuenca les dejen, y les traten, como ellos han hecho durante décadas: sin agua. Y eso que todavía no hemos construido las 50.000 hectáreas de regadío en La Manchuela conquense y albacetense que hace años fueron declaradas de interés general, y que siguen bajo boicot del Estado por orden periférica. La deseable vuelta de la histórica comarca conquense de la Tierra de Requena a Castilla, regada por el Cabriel (éste sí afluente del Júcar), entre otros, también contribuirá a aumentar nuestros representantes en el río (al tiempo que disminuyen los valencianos en igual proporción).  Requena y Utiel, como tierras  de interior que son,  tampoco deben admitir más tiempo el ninguneo permanente a su agricultura. El envío de caudales serán considerados lo que son, trasvases entre cuencas distintas, y necesitarían el respaldo de Castilla. "CLM sería, en última instancia, quién decidiría sobre el envío de caudales del Júcar al Vinalopó. El plan de Demarcación podría motivar el traslado de la sede del la CHJ, hoy en Valencia, a la provincia de Albacete. Asimismo, sería CLM quién podría decidir el nombre de su presidente -tradicionalmente esta decisión ha correspondido a la Comunidad Valenciana" (ABC, Alicante, 11/01/2013) 

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