*Antonio Escribano Mota *hereda un inmueble en *Cuenca*. Acude a la oficina
de Hacienda a liquidar el impuesto de plusvalías. Se encuentra una cola para
que el propio le calcule el importe. Como es matemático, decide calcularlo él
mismo y liquida el impuesto. A la semana le llega una paralela de* 18.077,79
euros*. Acude a quejarse y recibe la respuesta de siempre: “Primero pague y
luego reclame”.
Así lo hace depositando el aval. Recurre en alzada ante el
Tribunal Económico Administrativo de Cuenca y por supuesto, pierde. Así que
recurre al Tribunal Contencioso-Administrativo de Cuenca y gana en sentencia
del 21 de septiembre de 2005. El punto cuarto del fallo establece que
efectivamente sobre un valor de suelo base 100, la plusvalía calculada por el
ayuntamiento es de 54, mientras que la calculada por el demandante es de
*35,06*. *“Lo que estaría calculando el ayuntamiento es el valor del suelo en
años sucesivos y no en años pasados al aplicar el incremento sobre el valor
final, el de devengo. Desde esta perspectiva, por tanto, habrá que declarar
nula la liquidación complementaria practicada”*, señala la sentencia. Escribano
no había hecho sino aplicar la fórmula basada en la ley que define la plusvalía
el valor final x nº de años x coeficiente de incremento / 1 + (nº de años x
coeficiente de incremento). “Es como si el programa Padre para el cálculo del
IRPF tuviera un error en el cálculo de los rendimientos de capital”, explica a
LA GACETA Carlos Tobías, director del departamento de Fiscal del despacho Álvarez
Osorio Miller & Co, que ha llevado el caso. El ayuntamiento recurre y el
Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (Albacete) vuelve a dar la razón al
demandante: la fórmula matemática del programa informático que utiliza el
Ayuntamiento de Cuenca tiene un fallo técnico. En lugar de calcular la
plusvalía hacia atrás, lo hace hacia adelante. El resultado es una sobre recaudación
cercana al 35% que varía en función de los años de titularidad del bien y de la
antigüedad del mismo. “No se ha aportado por parte del Ayuntamiento de Cuenca
ningún principio de prueba técnico de fácil apoyatura probatoria”, reza la
sentencia de 17 de abril de 2012.
El Superior de Justicia de Castilla la Mancha
no sólo condena al Ayuntamiento de Cuenca a devolver los 18.000 euros más los
intereses de demora y las costas. Le conmina a dejar de utilizar el programa
informático erróneo porque está sobre recaudando. El Consistorio reclama no
ejecutar la sentencia basándose en el interés general. Petición denegada por el
Superior de Justicia. Es decir, si el Ayuntamiento de Cuenca siguiera
liquidando el Impuesto de Plusvalías con el mismo método, estaría prevaricando.
2.000 millones. El caso de Escribano es único, pero es extrapolable al conjunto
de España, puesto que según ha podido comprobar LA GACETA todos los
ayuntamientos utilizan el mismo programa informático para la liquidación del
impuesto. La FEMP se lava las manos. Asegura a LA GACETA que no son los
proveedores del sistema informático porque “no somos una institución de
servicios sino de representación”. La FEMP de Castilla- La Mancha también se
desmarca y el Ayuntamiento de Cuenca no sabe/no contesta.
Cada año los
ayuntamientos recaudan aproximadamente 1.200 millones de euros por el Impuesto
de Plusvalías. Cerca de 400 millones de euros serían recaudación indebida. Si
mutiplicamos por los cuatro años en los que no ha prescrito, la contingencia
asciende a 1.600 millones. Si sumamos los intereses de demora, rondarían los
2.000 millones, nada menos que dos puntos del PIB. Todo un pellizco
precisamente ahora que las arcas municipales se encuentran temblando. ¿Es
posible que haya sentencias contradictorias de otros Superiores de Justicia?
“Este no es un debate jurídico, sino matemático; el ayuntamiento afirma que dos
más dos son cinco y eso es insostenible”, señala Tobías. El caso ya ha empezado
a correr entre notarías y despachos de abogados. De momento se van a empezar a
interponer denuncias en Madrid y Valencia. Incluso se plantea la posibilidad de
presentar demandas colectivas. “Nuestro objetivo es presentar denuncias en toda
España; el tema es claro y la sentencia del Superior de Justicia de Castilla-La
Mancha, concluyente”. Y es que para un piso medio cuyo valor del suelo en el
2012 sea de 100.000 euros, se haya tenido los últimos 20 años y se venda en
este 2012, el ahorro medio se sitúa alrededor de los 6.000 euros. El ahorro
para el ciudadano es elevado, pero el impacto para las arcas públicas también.
El problema es heredado y lo sufren por igual ayuntamientos del PP y del PSOE.
Si todos dieran marcha atrás, el impacto sería equivalente 2% del PIB. ¿Se
aplicará la Justicia, se echará mano del interés general o se elevará el
impuesto de plusvalías para compensar?
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