Por Javier Martínez.
De nuevo
saltan las alarmas por el futuro de la línea de tren convencional de Cuenca,
que es tanto como decir por el futuro de Cuenca, la más oriental de las
provincias de Castilla.
Ante esta
lamentable amenaza de cierre (cuyo desenlace previsible conoceremos antes del
31 de diciembre), quienes simpatizamos con el movimiento castellanista (que
propugna la reunificación de las provincias nucleares de Castilla en un único
ente político-administrativo, una misma CCAA que nos haga recuperar el peso
político y económico que nunca debimos perder e invierta la tendencia decadente
de nuestra Tierra), hacemos un llamamiento al pueblo conquense a salir a la
calle el próximo sábado 22 de diciembre para decir, alto y claro, basta ya de
abandono y discriminación, de nulas inversiones, basta ya a ser ciudadanos de
segunda, de vía lenta, ‘no históricos’ (juas, juas), y demás lindezas
eufemísticas.
Cartel convocando en Cuenca (Castilla) a la segunda manifestación pro mantenimiento de la línea de tren convencional |
Y ello porque
no debemos pasar por alto que el Gobierno decidirá recortar en las líneas
férreas y en todo aquello que cuente con menor oposición social, con menor
coste político; recordemos que el Estado se comporta, sobre todo en materia de
infraestructuras (lamentable red radial que ha hecho de España un donut), de un
modo pro periferia, anticastellano incluso en no pocas ocasiones, por una única
y sencilla razón: le sale gratis. Saben que Castilla siempre está ahí para lo
que haga falta, es decir, para llevar el peso del Estado sobre su escuálido
cuerpo, en lo económico, en lo político, en lo sentimental... Ocurre en las
parejas y con los amigos, cuando se tiene el afecto de alguien de forma segura
tendemos a ‘cuidarle’ menos, y Castilla es el amigo sincero, la pareja fiel a
España que no da problemas de lealtad ni cuestiona nada, la que nunca falla a
nadie y siempre se falla a sí misma, la que calla y arrima el hombro incluso
cuando está exhausta. Y es hora de pensar también en nosotros mismos, de pensar
globalmente en Castilla y de actuar localmente en Cuenca. Algo me dice que el
Estado, puestos a recortar por algún sitio, lo hará prioritariamente por donde
menos le duela, en donde menos se proteste, en donde menos coste y resistencia
política encuentre, en Cuenca. Ya lo vimos con la decisión, exclusivamente
política, de la ubicación del ATC (el informe técnico ministerial ni se tuvo en
cuenta y ni se prevén compensaciones, ¿para qué compensarles con algo, si se lo
van a tragar igualmente, si protestan débilmente, si hasta se alegran muchos de
recibir un basurero atómico sin actividad industrial relevante?). Bien podría
ser la modernización de la línea férrea convencional del Este castellano la
compensación. Si el ATC va a suponer un ahorro estimado de 150 millones de
euros anuales durante décadas, según el Ministerio de Industria, digo yo que
modernizar la línea no cuesta tanto. Pero claro, para Cuenca no hay dinero
nunca, y digo bien, no hay dinero nunca… para Cuenca. De hecho solo se acuerdan de
nosotros para lo que no da riqueza real o para lo que da dinero a los demás
(expolio hídrico). Así pues, hagamos que el coste político sea alto, salgamos
masivamente a la calle y dejémosles claro que nuestro voto no es facilón.
Imagen de la primera manifestación pro tren convencional en Cuenca (14/11/2010) |
Es hora de
creernos que podemos parar y revertir la probable decisión de cierre.
Argumentos no nos faltan.
Imagen primera manifestación pro tren convencional en Cuenca (14/11/2010) |
1.- La línea
conquense es la menos deficitaria de todas las que están amenazadas de cierre
(lo que no evita que pueda ser la primera en cerrarse, si su respaldo popular
es menor que en otros sitios), y con un agravante, su déficit se debe en gran
medida a que los trenes no llegan ya a Madrid-Atocha (desde 2009) ni a Valencia
Norte (desde 2008) como antaño, te dejan en Villaverde y San Isidro... y a
partir de ahí te vas en taxi o andando varios km o pierdes el tiempo esperando
un trasbordo, lo que desincentiva su uso. Los trasbordos obligados en
Villaverde y Aranjuez, así como en Valencia-San Isidro, lejos de los centros de
las ciudades son la causa del brusco descenso de viajeros (las fechas de estas
medidas así lo corroboran); ¿quién va a coger un tren a Madrid o Valencia que
no te lleva a Madrid ni Valencia? Justo el año que dejaron de hacer el
recorrido completo se desplomó la venta de billetes y aún así resulta que es la
menos deficitaria de las ahora cuestionadas.
Imagen de la primera manifestación pro tren convencional en Cuenca (14/11/2010) |
2.- Las
cifras de viajeros que se toman como base para la decisión de mantenimiento o
cierre, están claramente sesgadas hacia unas pocas relaciones, cuando no
falseadas e incompletas, tal y como ha denunciado la Plataforma del Ferrocarril
Público y Social de Cuenca. Así, citando datos oficiales, la Plataforma asegura
que el número de viajeros que se desplazaron en 2011 (último año completo
disponible) entre Ocaña y Camporrobles (226.095) es prácticamente el mismo que
el de quienes utilizaron la estación del AVE de Cuenca (250.000 según reveló
Teófilo Serrano, presidente de RENFE, en Cuenca en diciembre de 2011) cuyo
cierre no se cuestiona. El director de viajeros de Renfe, Enrique Urkijo,
anunció también en Cuenca en diciembre de 2011 (justo tras el primer
aniversario de la línea AVE) que Cuenca era la ciudad AVE más rentable en la
relación viajeros/número de habitantes y los servicios ofrecidos. Más rentable
que ciudades como Zaragoza, la quinta en población de España, lo que da idea
del potencial oculto no siempre valorado de ciudades medianas y pequeñas.
INECO, la consultora de Fomento cuyo estudio es la base sobre la que se tomará
la decisión sobre el tren convencional, ‘solo suma los viajeros de las
relaciones Madrid-Cuenca, Cuenca-Valencia, y Madrid-Cuenca-Valencia,
escamoteando los viajeros con origen en las estaciones de Aranjuez, Ontígola y
Utiel y los correspondientes a las cabeceras de las líneas en Villaverde
Bajo-Atocha y Valencia Norte, por lo que la cifra de viajeros reales es un
tercio mayor al contabilizado’ afirma la plataforma. Ese ‘estudio’ parece más
político que técnico, parece una burda excusa prefabricada, añado yo.
Imagen primera manifestación pro tren convencional en Cuenca (14/11/2010) |
3.- Se exige
no solo el mantenimiento de la línea citada por Cuenca (el 75% aproximadamente
de la misma transcurre, incluyendo la comarca de Utiel-Requena, por
territorio castellano, no lo olvidemos) sino que se reabra el también
castellano ramal Aranjuez-Castillejo/Añover del Tajo-Toledo que servía para
comunicarnos con esta última (y el valle del Tajo) y cuya supresión restó
viajeros y versatilidad al tramo Aranjuez-Cuenca-Utiel-Valencia y desvertebró
gravemente la sub-meseta meridional acentuando aún más la radialidad de la red
y el inaceptable papel de simple lugar de paso asignado a amplias zonas de
Castilla en el mapa español (esto también sucede en el mapa de carreteras) y
que se considera la principal causa de nuestro letargo económico.
Imagen primera manifestación pro tren convencional en Cuenca (14/11/2010) |
4.- La
llegada del AVE a Cuenca no creo que suponga competencia ni sea causa de la
decadencia del tren convencional como alegremente afirman algunos. Ambos medios
de transporte se ofrecen a segmentos de población muy diferenciados y son
claramente complementarios. Ni siquiera compiten. BMW y Seat ofrecen productos
diferentes a mercados diferentes; ni BMW le resta ventas a Seat ni viceversa.
Con el AVE y el tren convencional sucede igual, el AVE vende velocidad, el tren convencional precio. El AVE, que no creo sea justo
tacharlo de elitista cuando lo usan millones de viajeros, va destinado al
tráfico entre grandes ciudades (de las que se aprovechan también ciudades
intermedias situadas en el trayecto), mientras que el tren convencional tiene
su público objetivo en el tráfico intraregional e intraprovincial con mención
especial al mundo rural y las capitales comarcales y de provincia,
independientemente, en uno y otro caso, de cuál sea el poder adquisitivo de los
usuarios. Tiene pues una gran capacidad para vertebrar el territorio en los escalones
segundo y tercero, algo que en las provincias y regiones de amplio tamaño, como
lo son Cuenca y Castilla, es crucial. Sin tren convencional, Cuenca pierde
funcionalmente centralidad y operatividad para ser siquiera capital provincial
y a nadie se le escapa que esta ciudad vive de administrar a su provincia por
lo que no estamos hablando solo de perjuicios al mundo rural. El primer año de
vida del AVE se vendieron 250.000 billetes con destino u origen Cuenca... y
durante ese período el tren convencional no perdió/no le restó ni un solo
viajero (así lo confirma la propia RENFE). Quién hacía el trayecto Carboneras
de Guadazaón-Cuenca, por ejemplo, sigue sin pasarse al AVE por razones obvias y
quienes ahora vienen desde Gijón, Córdoba o Sevilla con el AVE a Cuenca antes
no venían por la línea de tren convencional, simplemente no venían. El AVE ha
destapado otro mercado potencial oculto, va dirigido a otro perfil de gente,
como turistas (Cuenca está ahora plagadito de coreanos,...) que antes no venían,
o gente que antes no usaba el tren sino el coche. Es sintomático ver como
gracias al AVE Cuenca aporta, bien como destino, bien como origen, casi el 10%
de las ventas del tráfico entre Andalucía y Valencia. Eso antes no era ni
posible. El tren convencional sigue dando servicio, por cierto, cada vez peor,
a la misma gente que antes (mundo rural, estudiantes, mercado intraprovincial,
etc.). Así pues, lo absurdo es seguir mezclando y enfrentando AVE y tren
convencional. De hecho, es como creer que el AVE y el metropolitano madrileño
compiten, nada más lejos de la realidad.
"Defender el tren convencional en términos de oposición al AVE es un error. El tren convencional se justifica por sí solo"
"Defender el tren convencional en términos de oposición al AVE es un error. El tren convencional se justifica por sí solo"
Imagen primera manifestación pro tren convencional en Cuenca (14/11/2010) |
5.- Es cierto
que el AVE ha sido priorizado por todos los gobiernos desde Felipe González
hasta la fecha, sin excepción, y que llegó a consumir las principales partidas
presupuestarias ferroviarias (el AVE a Sevilla se llevó más del 50% del
presupuesto ferroviario de la época de toda la red). Además, es cierto que
tampoco era necesario ser ‘el país con más km de alta velocidad del mundo o
casi’. Ahora bien, no es menos cierto que el abandono del tren convencional se
inició en los años 80 (hace ya 32 años), precisamente cuando el país estaba en
fuerte reconversión industrial, cuando se decidió apostar por la carretera
(autovías) y el camión frente al ferrocarril como principal medio de transporte
terrestre de mercancías. Esa apuesta casi exclusiva por la carretera, fue, de
hecho, quién sentenció al tren convencional. Desde entonces viene la brecha.
Fue entonces cuando se cerraron cientos de km de vías férreas en toda España
llevándose Castilla la Vieja la peor parte (en Castilla la Nueva solo afectó al
tramo Aranjuez-Toledo citado y a dos ramales que sumaban 45 kilómetros,
Villacañas-Quintanar de la Orden, limitada a tráficos de mercancías, y Cinco
Casas-Tomelloso, que fue cerrada a todo tipo de circulaciones). Error que
estamos pagando actualmente pues es conocido que somos el país europeo que
menos mercancías transporta por ferrocarril (solo el 3,7%) frente a la carretera (que es
infinitamente más cara y contaminante por presentar un balance energético peor). De hecho, lo que ha herido ¿de muerte? al tren convencional
(mixto viajeros/mercancías), por abandono reiterado durante décadas de todos
los gobiernos, no fue el AVE, en contra de lo que suele afirmarse, que
obviamente no pudo pues no llegó hasta 1992 (aunque empezó a planificarse en
1986-88), sino la decisión política reiterada de dar prioridad a la carretera
(autovías) frente al ferrocarril, de no guardar un equilibrio razonable entre
ambas opciones. Incluso podría decirse que la fuerte inversión en los AVEs
también es inversión en los ferrocarriles convencionales mixtos
viajeros/mercancías de forma indirecta pues su construcción permite por fin
tener separadas la red de viajeros de alta velocidad (cuya finalidad es
apuntalar una economía de servicios como la española) y la ‘nueva’ red para
mercancías/viajeros (destinada a los tráficos que no demandan tanta velocidad
sino precio, como es el tráfico industrial de mercancías, el tráfico de
viajeros intracomarcal, intraprovincial, el mundo rural, y el de media
distancia básicamente). Esa ‘nueva’ red de líneas de mercancías, que a todas
luces es necesaria (y donde se encontraría la tradicional de Cuenca), son las
vías de siempre que han quedado liberadas tras la construcción de muchos de los
AVEs. Dicho con otras palabras, la inversión en AVEs ha permitido que, por
ejemplo, el corredor central ferroviario (o Eje 16) esté construido en un 74% 'sin
haber destinado un euro’ directamente en él.
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6.- Es
inaceptable, y hasta humillante, que el tren de Cuenca a Valencia tarde una
hora más de lo que tardaba en los años 70 del siglo XX. Cuarenta y dos años
después, se tarda más (en 1980 dejaron de circular los Talgo III). Es como para
que a muchos gobernantes locales, regionales y nacionales se les caiga la cara
de vergüenza de cómo han tratado a Cuenca.
Imagen primera manifestación pro tren convencional en Cuenca (14/11/2010) |
7.- La
solución, además de modernizar de una vez por todas la línea (toda ella es de
los años 20 del siglo pasado, excepto el tramo Cuenca-Utiel, que es del año
47), lo que la haría competitiva de nuevo y aumentaría su uso (lo que implica
reparto de costes de mantenimiento entre más usuarios, presionando el precio
del viaje a la baja), pasa también por darle un uso dual viajeros/mercancías
como reiteradamente piden, por ejemplo, la Cámara de Comercio, Industria y
Navegación de la tercera urbe española, Valencia (lo que también contribuye al
reparto de costes de mantenimiento), ansiosa de comunicarse con el Gran Madrid
ahorrando casi 100 km y tiempo. Además, aunque no sea popular, también pasa por
exigirle a la gente que pague en el billete el coste real del servicio y acabar
con los precios políticos, auténtica pomadita social engañabobos (que de todas
formas se paga) para beneficio únicamente de políticos de tres al cuarto. Lo
que realmente pasa ahora, el gran crack, es que la Junta de Calamidades y todas
las CCAA (que subvencionaban ocultando así el coste directo real al usuario y
cobrándoselo a todos indirectamente vía impuestos, sean o no usuarios) están
quebradas y no pueden mantener más el modelo de ‘no gestión’, y en lugar de
cambiar el modelo de gestión, lamentablemente, optarán por el cierre puro y
duro. Pagar poco, como hasta ahora, por un servicio tercermundista siempre es
peor (e inevitablemente conduce al cierre más pronto que tarde pues la
obsolescencia no perdona), que pagar algo más por un servicio mejor (luego lo
condicionó a que se modernice la línea, obviamente, porque si te cobran más por
la misma cataplasma, mejor no). No es de recibo que cuando llegas a Carboneras
tengas que estar parado 15 ó 20 minutos esperando a que se cruce el tren de
sentido contrario porque los demás apeaderos desdoblados están abandonados.
Pero hay más opciones para esta línea. Puede parecer descabellado en estos
tiempos de mega crisis, en estos tiempos que suspiramos solo con que no se
cierre lo existente, proponer ampliar la línea, pero voy a hacerlo porque no lo
es tanto a medio plazo. La línea adquiriría una marcada versatilidad si a su
carácter de línea Oeste-Este se le añadiese también ser línea Norte-Sur
aprovechando el mayor tramo existente posible. ¿Cómo? Con dos nuevos y cortos
tramos en los extremos que conectasen el Corredor del Henares (la zona más
dinámica económica y demográficamente de España) con Tarancón (por ejemplo con
un trazado desde esta localidad hasta Arganda del Rey de solo unos 27 km. Desde
esta hasta Madrid y Alcalá de Henares/Guadalajara ya existe). Guadalajara,
Madrid y Toledo tendrían salida directa al puerto de Valencia (ciudad situada
además en el dinámico Arco Mediterráneo) a través de Cuenca y Requena. El coste
del pequeño tramo entre Tarancón y Arganda, es perfectamente viable si tenemos
en cuenta que se beneficiarían varios millones de personas y empresas, y lo
mejor, contribuirían a hacer viable el resto de la línea existente. En el otro
extremo, propongo construir, desde Yémeda (aproximadamente), un ramal de unos
80 km hasta La Gineta (Albacete), desde donde se llegaría por vías ya
existentes hasta Albacete capital y todas las provincias del sureste español
(Alicante, Murcia y Almería y que como todo el mundo sabe son un área económica
de notable empuje). En ese tramo se encuentran Paracuellos de la Vega (139 hab.), Campillo de Altobuey (1649
hab.), Motilla del Palancar (6216 hab.), El Peral (859 hab.), Villanueva de la
Jara (2383 hab.), Quintanar del Rey (8183 hab.), Tarazona de la Mancha (6647
hab.) y La Gineta (2563 hab.), localidades la mayoría de ellas notables, en crecimiento
poblacional y en línea recta en el mapa.
Imagen primera manifestación pro tren convencional en Cuenca (14/11/2010) |
8.- La
estéril rivalidad Albacete/Cuenca. El 25 de noviembre de 1947 Franco inaugura,
en una visita meteórica, el tramo central Cuenca-Utiel completándose el eje
Madrid-Valencia. La nueva ruta conquense (ruta alcarreño-serrana) representaba
una significativa mejora por la minoración de distancia, y tiempo, entre Madrid
y Valencia, con respecto a la ruta por Albacete (ruta manchega): 404 kilómetros
por Cuenca frente a 490 por Albacete (86 km menos). Hace sesenta años, el tren
más rápido entre Madrid y Valencia por la ruta manchega tardaba diez horas y
quince minutos, mientras que el prestado por Cuenca recortaba tres horas y
cuarto. En 1965 comienza la ‘época dorada’ del ferrocarril en Cuenca (los
trenes Talgo II nos acercan a Valencia y, cinco años después, los Talgo III
llegan a Barcelona). Catorce años después, en 1979 la electrificación de la
línea por Albacete y el establecimiento de la doble vía entre Chinchilla y La
Encina provocan un punto de inflexión en la competitividad de la ruta por
Cuenca, que! continuó, entonces como ahora, sin desdoblarse y sin electrificar.
Los Talgo III son retirados de la línea alcarreño-serrana conquense mientras
las relaciones vía Albacete comienzan a ser prestadas por Electro-trenes. A
partir de ese momento, el ferrocarril por Cuenca entra en decadencia y
deterioro progresivo acelerado tal que en los años 80 la línea estaba
totalmente descapitalizada, a decir de muchos, y prácticamente toda ella como
en los años 20, mientras la ruta manchega albaceteña mejora de forma notable.
El gobierno de la época había decidido que para ir en tren de Madrid a
Castellón, Valencia, Alicante, Murcia, Cartagena y Almería, bastaba con una
sola línea por Albacete. Justo cuando más urgentes eran las inversiones en el
tren de Cuenca, la política de transporte del gobierno de la época pasaba por
concentrar esfuerzos en la carretera (autovías). Adoptada la decisión de
invertir en un ambicioso Plan General de Carreteras, que básicamente consistía
en desdoblar las viejas nacionales radiales, lo que perpetúa la inaceptable, para
los castellanos, red radial, se produjo la brecha entre carretera y tren
actual. Tampoco es que en autovías se invirtiese mucho en esta sub-meseta. Las
viejas carreteras generales o radiales de Madrid a Cartagena (por Ocaña, Mota
del Cuervo y Albacete) y a Valencia (por Tarancón, Motilla del Palancar y
Utiel) son fusionadas parcialmente en una sola, para ahorrarse un tramo, lo que
con los años se vio era un disparate y se acabó construyendo la autopista
Ocaña-la Roda por el viejo trazado de la carretera a Cartagena de toda la vida.
Hoy, con el tren convencional por Cuenca puede suceder lo mismo, que se
‘ahorren’ una línea cerrándola. Reabrirla dentro de unos años, cuando se caiga
en la cuenta del error (Valencia, tercera conurbación española, siempre
presiona para tener un acceso directo a Madrid), será más caro que mantenerla abierta,
si es que llega a reponerse. Destacar que fue a partir de 1979 cuando nacía la
‘rivalidad’ Cuenca/Albacete por las infraestructuras (tanto ferroviarias como
autovías). Rivalidad en el fondo estéril, por cuanto unos y otros debemos tener
claro que merecemos tener autovía y ferrocarril (que no se trata de ‘o por aquí
o por allí’), que está justificado en el hecho cierto de que el Arco
Mediterráneo (donde están, entre otras, Castellón y Valencia) es una región
económica suficientemente pujante y distinta a la del Sureste Español
(Alicante, Murcia y Almería) y que ambas deben tener autovía y ferrocarril de
mercancías específico con la meseta (que es también una misma región económica,
y ojalá política y administrativamente estuviese unida, como antaño, como
Castilla la Nueva) en general y con el Gran Madrid en particular. La ruta
alcarreño-serrana conquense y la manchega albaceteña son pues, además de
necesarias, complementarias, la una no puede suplir a la otra; si perjudicamos
a Cuenca (adiós también al futuro macro-polígono y su Puerto Seco en La
Melgosa o alrededores), lo hacemos a Valencia, y si se abandona a Albacete, se perjudica al
sureste español. Además, ambas deberíamos tener claro que no se puede ser rico
rodeado de pobres, con un vecino pobre. Todo ello conviene decirlo, también en
la calle. Nos vemos el sábado.
"La ruta alcarreño-serrana conquense y la manchega albaceteña son pues, además de necesarias, complementarias, la una no puede suplir a la otra"
Vídeo de la inauguración del tramo ferroviario Cuenca-Utiel por Franco el 25/11/1947.
"La ruta alcarreño-serrana conquense y la manchega albaceteña son pues, además de necesarias, complementarias, la una no puede suplir a la otra"
Otra imagen de la primera manifestación pro tren convencional en Cuenca (14/11/2010) |
Cartel manifestación pro tren convencional en Utiel (Cuenca, Castilla), el 19/11/2010 |
Manifestación en Utiel pro mantenimiento de la línea de tren convencional con Cuenca y Madrid el 19/11/2010 |
Si señor, nosotros desde Plataforma de Amigos del Tren Convencional os apoyamos en esta idea!!!
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